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Mismas caras en las elecciones

En 1999, los partidos políticos no contaban con cuadros nuevos para oxigenarse. Parece que poco o nada ha cambiado desde entonces.

Marco Vinicio Cerezo Arévalo, presidente del país en 1986. (Foto: Hemeroteca PL)

Marco Vinicio Cerezo Arévalo, presidente del país en 1986. (Foto: Hemeroteca PL)

“Vuelven los mismos” fue el titular de una nota publicada en la sección de Análisis del suplemento electoral “Tribuna” del 18 de mayo de 1999.

El análisis del periodista Pavel Arellano indicaba que en las elecciones de noviembre de ese año una gran cantidad de candidatos volverían a figurar en las papeletas electorales.

“Quien busque entre los listados de aspirantes a alcaldes o diputados, encontrará que los principales partidos políticos no han logrado formar cuadros para oxigenarse”, indicó entonces Arellano.

Dos razones apuntaban a la escasez de opciones para candidaturas: una, el bloqueo que los mismos políticos causaban a quienes podrían tener oportunidad de postularse y la pérdida de interés de la ciudadanía en participar o postularse.

Esas dos grandes razones lógicas y sociales también irían a”marradas” a la posibilidad de dejar un mal recuerdo para la Historia.

En el análisis llama la atención que quien entonces encabezaba el Listado Nacional de diputaciones era Efraín Ríos Montt, quien nunca llegaría a ocupar legalmente la Presidencia de Guatemala.

Otro detalle que llamó la atención en el análisis de “Tribuna” fueron las declaraciones del entonces vicepresidenciable eferregista Francisco Reyes López, quien dijo que “verán caras nuevas, pero en este momento no se las puedo comentar”.

En el caso del Partido de Avanzada Nacional (PAN) postuló en los espacios de preferencia a personajes que ya habían hecho gobierno, como Emilio Saca, Leonel López, Ricardo de la Torre y Héctor Cifuentes.

Postulaciones, un honor

Ese año, Óscar Berger, candidato presidencial del PAN, comentó que postularse para diputado era un honor que debía ganarse “con trabajo y esfuerzo dentro del partido.

Acisclo Valladares, del Partido Libertador Progresista (PLP) confiaba entonces en llevar al ex presidente del país, Ramiro de León Carpio, para encabezar el Listado Nacional. De León Carpio dudaba, entonces si aceptar dicha candidatura o inclinarse por participar con la Unión del Centro Nacional.

Otro expresidente que tenía al Congreso en la mira era Vinicio Cerezo, quien prevía encabezar el listado nacional de la Democracia Cristiana (DC).

Curiosamente, también, en la DC se habían cobijado varios militares que tuvieron que negociar con el partido.

La izquierda, que ya había experimentado el campo legislativo, pensaba lanzar a personajes nuevos pero totalmente desconocidos.

Así, las cosas hace 16 años, como ahora, a los principales partidos poíticos del país les hace falta crear semilleros de cuadros. No se diga de la ausencia de capacitación para entrenar a futuros gobernantes.

En 1999 escaseaba la sangre nueva en los cuadros políticos, y parece que casi cuatro lustros después la cosa sigue igual.

Cosas de la política…

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