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Pasillos subterráneos llenos de misterio

Alcantarillas, bóvedas o criptas bajo edificaciones de la ciudad crearon historias sobre personas que se trasladaban por ellos.

Las criptas de Catedral Metropolitana acoge las tumbas de personajes de la política y religión. (Foto: Hemeroteca PL)

Las criptas de Catedral Metropolitana acoge las tumbas de personajes de la política y religión. (Foto: Hemeroteca PL)

Leyendas relatan que la ciudad de Guatemala está atravesada por una serie de pasadizos subterráneos que comunican diferentes edificaciones entre sí, en especial las religiosas.

Estos relatos no son propios del país, en muchas urbes del mundo se habla de dichos secretos bajo tierra. El historiador Haroldo Rodas dice que hay un misterio sobre la existencia de pasajes en la ciudad. Corredores en donde personas pasaban de un lugar a otro no se dieron, sino espacios para los grandes colectores de aguas negras.

Las piletas públicas y privadas, durante la época colonial, mantenían surtidores permanentes de agua que llegaba desde las tomas generales de la ciudad. Este líquido regresaba a los caudales convertido en aguas negras que debía recogerse en colectores en los que sin ningún problema cabe un persona de pie.

“Al dejar de funcionar estas construcciones quienes ingresaron a estos lugares observaron la conexión entre los principales edificios de la ciudad, que era lógico, pues debían recoger todas las aguas residuales”, indica Rodas. Alcantarillas con estas características se encuentran en los muros franciscanos que dan hacia el edificio de lo que fuera la Policía Nacional Civil, ahora Ministerio de Gobernación.

El experto comenta que el arquitecto Marcelino González Cano, ya fallecido, es el único que ha elaborado un estudio de ingeniería hidráulica para conocer la distribución del agua, así como el proceso de construcción de fuentes y alcantarillados.

Bóvedas profundas

Los pasajes subterráneos que existieron en algunas iglesias fueron destinados a bóvedas, para enterrar a personas, o como alacenas, comenta la arqueóloga Yvonne Putzeys. Algunas fueron utilizadas para guardar tesoros u objetos valiosos para los religiosos, en especial cuando empezaron a ser confiscados los bienes de la Iglesia por parte del gobierno liberal.

Ejemplos de estas construcciones son la Catedral Metropolitana y San Francisco, la extensión que abarcaban es de una gran parte del templo, forman galerías o capillas, indica Haroldo Rodas.

Las criptas de Catedral fueron restauradas después de los terremotos de 1917-1918, y aún siguen en uso. En ellas están enterradas personalidades de la historia del país, como ex presidentes, arzobispos y obispos. Algunos son José María Reyna Barrios y Rafael Carrera; y el cardenal Mario Casariego.

Los pasillos subterráneos de la Catedral son criptas, no catacumbas, porque su uso es especial para enterramientos; las segundas eran utilizadas por los primeros cristianos para reuniones. En esta construcción hay dos respiradores, llamados así a los conductos que proveían de aire y luz al lugar. Uno de ellos tiene cinco metros de largo y salía al patio del sagrario. Ahora están cerrados.

Los túneles de San Francisco quedaron clausurados por el ripio acumulado por varios años, quizás en un cinco o 10 por ciento, fueron excavados y conservados en los años 1980 a 1990 en un plan piloto impulsado por el historiador Rodas, quien cuenta que “se reabrieron en 1998 para mostrar parte de los pasadizos que servían de tumbas a familias prominentes”.

El trabajo hecho en esta iglesia demostró que dichos pasillos no eran para comunicar un edificio con otro sino usados como cementerios, explica Rodas. En historias de viajeros del siglo XIX se escuchaba que los templos tenían mal olor, provocado por los cuerpos en descomposición existentes en los subterráneos.

“Estos conductos existen en menor escala en otras iglesias como El Cerrito del Carmen, La Merced, que se hizo famosa por sus momias y la iglesia del Carmen”, comenta Rodas. En los edificios públicos no hay referencia, ya que los entierros durante la Colonia siempre se hicieron dentro de los templos.

La construcción pública que posee un pasadizo es el Palacio Nacional de la Cultura, que se comunica con la Casa Presidencial. El diseño de éste lo hizo el ingeniero Rafael Pérez de León, construido entre 1939 y 1943, durante la presidencia de Jorge Ubico. El corredor tiene una extensión aproximada de 22 metros, y desde entonces ha sido utilizado para el paso de los mandatarios y sus colaboradores. Por eso, cuando transite sobre la 5a. calle, entre 6a. y 7a. avenidas de la zona 1, recuerde que abajo podría ir otra persona caminando.

Un enigma ha rodeado estos lugares y se han construido muchas leyendas sobre corredores bajo tierra en donde seres irreales caminan, todo es parte de ese encanto popular de Guatemala.

Algo más

  • Una historia contaba que en el pasadizo que comunica el Palacio Nacional con la Casa Presidencial había sido asesinado el presidente Carlos Castillo Armas, en 1957. Pero, en realidad, el hecho ocurrió en el corredor de la Casa Presidencial.
  • Se creía que por medio de los subterráneos de la Catedral se podía llega a diferentes edificios, como la existencia de una conexión directa al Palacio Nacional. Mas la construcción abovedada termina hasta el altar mayor de San José y San Pedro.
  • Las puertas para poder recorrer los pasillos subterráneos de Catedral son abiertas los días 1 y 2 de noviembre de cada año.

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