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Pregón Cuaresmal: Viernes de Dolores

María Encarnación Rosal es la primera beata guatemalteca. Originaria de Quetzaltenango, fue una mujer visionaria para su época, piadosa y le fueron revelados por medio de la oración los dolores que Cristo padece en su sagrado corazón.

En la ciudad altense nació una niña a quien desde temprana edad le inculcaron una formación ligada a los dones de lo espiritual y a la gracia espiritual.

Hija de Manuel Encarnación y Gertrudis Leocadia, la pequeña es bautizada en la Catedral del Espíritu Santo el 27 de octubre de 1820, un día después de su nacimiento con el nombre de María Vicenta Rosal Vásquez.

La pequeña recibe una esmerada cultura general, propia de la época. Así, es iniciada en las letras, números, música y poesía, aspectos que nunca dejó de practicar y apreciar. También en su casa, Vicenta conoce la fe como vivencia, la cual le da orientación amorosa hacia Cristo.

En su diario personal describe su consagración a Dios, su plenitud de entrega y su encuentro con la religiosidad. La futura beata se acerca a la imagen de Dios, representada en el Sagrario. Vicenta tiene en el altar, el lugar de plenitud para sus momentos de oración.

Todos estos elementos de su entrega espiritual, representan la base sobre la cual inicia un trajinar en pro de misiones y compañías dedicadas a atender las necesidades del cuerpo y alma del hombre. Desde pequeña, se identificó con la soledad, el retiro y la oración, como medios para llegar a la paz de un Cristo que quiere compartir con sus semejantes.

Inicio de una vida nueva

El silencio del templo le brinda fuerza y templanza. El 11 de diciembre de 1837, Vicenta ingresa al Beaterio de Belén, ubicado en la Nueva Guatemala de la Asunción, cuando ella contaba con 18 años de edad.

El prior Fray Martín de San José, heredero de otro santo, el Hermano Pedro de San José Betancur, recibe a la novicia. Dos años después, el 26 de enero de 1840, día de Nuestra Señora de Belén, la joven novicia profesa su vocación y toma el nombre de María Encarnación del Corazón de Jesús.

Por su naturaleza inquieta y en la búsqueda de otros caminos para acercarse a la imagen de su pasión religiosa, María Encarnación decide pasar una temporada en el convento de las Catalinas.

Luego de dos periodos de permanencia en otros conventos, la religiosa realiza un trabajo profundo para rescatar la misión iniciada por Pedro de Betancur.

A muchos nos obliga el amor de Dios, y debíamos hacer aún más por agradar al que dio la vida por nosotros, expresaba Madre Encarnación Rosal.  Y esta labor es adquirida como una obra  a la cual es necesario dedicarse con entrega y dedicación.

Líder en la fe

En 1855 sor Encarnación Rosal es elegida como madre superiora, cargo que comenzó con energía, delicadeza y perseverancia la restauración de la rama femenina de la orden, dándole nueva vida e impulso, adaptándola a las necesidades de su tiempo. 

Documentos de la época describen a sor Encarnación como una mujer de profunda oración y penitencia, así como humana, sencilla y alegre. Sus predilectas eran las niñas y las jóvenes a quienes preparaba personalmente para realizar su primera comunión y compartía con ellas en momentos de recreación.

De acuedo con la madre Victoria Marroquín, en sus memorias, describe que ella y sus religiosas lograron un ambiente cálido y ameno que las alumnas internas preferían pasar las vacaciones en el instituto. Para las demás religiosas, Sor Encarnación era madre, maestra, hermana y amiga; la querían entrañablemente, la admiraban y la amaban. Recibían con humildad sus correcciones y procuraban imitar sus virtudes.

Cristo se revela

Mientras Encarnación continuaba con la obra de la reforma del Instituto Bethlemita, un hecho marcó su vida. La madrugada del Jueves Santo 9 de abril de 1857, la madre María Encarnación Rosal del Corazón de Jesús se disponía a orar en un apartado del templo del Beaterio de Belén. Eran las dos o tres de la mañana, el silencio reinaba en la ciudad de Guatemala.

Al hincarse sintió que le halaron el velo y esuchó el dulce y sutil sonido de una campana. No prestó atención y siguió orando hasta que una voz interior le dijo: “No celebran los dolores de mi corazón”. La frase se la grabó en la mente y se lo comentó a monseñor Bernardo Piñol, su confesor.

Días después, al comulgar, escuchó la misma voz. Ella le contestó que si quería que se promovieran los dolores de su corazón, porqué no se valía de otras monjas, pero la voz interior le contestó: “Porque no hay otra más baja que tú” (en relación a su humildad).

En julio de ese año se desató una epidemia del cólera. Murieron dos hermanas del Beaterio y otras estuvieron muy graves. Sor Encarnación sintió amargura en su corazón, como una agonía de muerte. Pensó en esos momentos en promover la devoción de los dolores del Corazón de Jesús y se lo ofreció. Todo volvió a la calma.

La amargura y agonía volvió a la noche siguiente. Le prometió a Jesús comunicarlo a su confesor. Volvió a sentir paz. Comenzó a sentir los síntomas del cólera y lo tomó como un castigo por haber dudado. Pidió perdón al Señor y le prometió cumplir con lo ofrecido. La enfermedad cesó.

Basada en lo que había sucedido, madre Encarnación obtuvo licencia de monseñor Piñol y de los padres Taboada y Miguel Muñoz y empezó a pedir limosnas para organizar las actividades en honor de los Dolores del Corazón de Jesús.

El arzobispo Fray Francisco de Paula García y Peláez recibe la solicitud de la madre Encarnación de hacer una función litúrgica en honor a los Dolores Internos del Corazón de Jesús para el 25 de agosto de 1857 y le contesta primero en forma verbal, luego por escrito, por medio de un Decreto Arzobispal, por lo que autoriza la fiesta y la amplía para celebrarse los días 25 de cada mes.

De acuerdo con el Lic. Luis Manuel Muñoz, originalmente la Madre Encarnación Rosal mando hacer un lienzo en el que figuró el impacto de aquella visión que tuvo en la iglesia del Beaterio. La representación mostraba a Cristo con un corazón sobre su pecho, coronado de espinas y atravesado por diez dardos que representaban el quebrantamiento de los diez mandamientos de la Ley de Dios y por consiguiente los dolores internos de su corazón. La pintura sirvió de inspiración para mandar a realizar una pequeña escultura. El lienzo original en la actualidad se encuentra desaparecido.

La escultura primitiva, cuenta la tradición, acompañó a la Madre Encarnación en su peregrinar, conservándose en Colombia. El canónigo Manuel Espinoza mandó a esculpir años después una imagen de tamaño natural para entronizarla en la iglesia del Beaterio y perpetuar la visión de sor Encarnación. Se desconoce el autor de la escultura que es la que se encuentra actualmente en el altar mayor.

La imagen del Corazón de Jesús de los Dolores Internos reproduce gráficamente las revelaciones que Cristo hiciera a Sor Encarnación Rosal en el templo bethlemita. Única en su género en todo el mundo ya que posee un corazón tallado en madera y pintado que lleva 10 dardos de plata y un resplandor. Los dardos significan los dolores de su corazón y representan:

  1. Ver a su eterno Padre gravemente ofendido.
  2. Las herejías esparcidas por todo el mundo.
  3. La apostasía (negación de la fe cristiana) de los malos cristianos.
  4. El olvido de sus beneficios.
  5. El desprecio de sus gracias y sacramentos.
  6. La frialdad e indiferencia de los suyos.
  7. La poca implicación de su fe en la vida diaria.
  8. El escándalo y sacrilegio de los malos sacerdotes.
  9. La violación de los votos de las esposas de Cristo (religiosas).
  10. La persecución de los justos.

Para promover la nueva devoción, Madre Encarnación editó varias publicaciones: “Novena en honor de los dolores internos del Sagrado Corazón de Jesús”, “Ejercicio piadoso para honrar los dolores internos del Sagrado Corazón de Jesús o Ejercicio de las Diez Lámparas”, “Triduo del Corazón de Jesús” y “Ejercicios para aliviar los dolores del Sagrado Corazón de Jesús”.

Perseguida por su fe

Al implantarse la Revolución Liberal del general Justo Rufino Barrios, en 1871, sor Encarnación dirigía el colegio que lleva su nombre en Quetzaltenango, como parte de la extensión de la obra, donde fue alcanzada por la persecución contra los religiosos.

El régimen despojó a la Iglesia Católica de bienes y conventos, y sus miembros salieron al exilio. Sor Encarnación en su epistolario registraba las constantes molestias, amenazas y agresiones que su comunidad padecía por parte del gobierno. De acuerdo con el historiador Juan Alberto Sandoval, Barrios envió una misiva a la comunidad Bethlemita donde ordenaba la supresión de la clausura, el franqueo de la puerta, el retiro del torno, rejas o velos o si no todas tendrían que irse a sus casas.

Las Bethlemitas vestidas de seglares tuvieron que suspender sus actividades y se refugiaron en dos casas en Quetzaltenango donde permanecieron por varios años ganándose la vida con trabajos de costurería.

En 1874 las religiosas del beaterio elevaron sus protestas ante el Supremo Gobierno por los vejámenes e injurias recibidas por los funcionarios de Barrios. Madre Encarnación redacta un manifiesto junto con las 24 profesas de la Orden Bethlemita, el cual leyeron ante un crucifijo y luego partieron hacia el exilio.

En 1876, a raíz de la solicitud de fray Bernardino de Obando, sor Encarnación funda un colegio en Cartago, Costa Rica, con la ayuda de las demás religiosas. Posteriormente funda otro colegio en la misma provincia costarricense. La obra iba floreciendo al paso de la Madre Encarnación.

En Costa Rica la orden bethlemita sufre un nuevo revés, en 1885, el Gobierno dictó también leyes antireligiosas que prohibían la formación de novicias, los textos religiosos y dictó como obligatoria la supervisión de la educación por parte del régimen, lo cual significó el cierre de los colegios.

De nuevo las religiosas salen al exilio y después de muchas visicitudes se establecieron en Pasto, Colombia, en donde crearon una fundación de las Bethlemitas.

Visión de su muerte

Una noche, cuando estaba en oración, Madre Encarnación vio a San Antonio, santo de su devoción, quien le dijo: “Cuando veas mi imagen es señal de que tu muerte está próxima”. Luego, la religiosa recibió peticiones para estalecer algunas fundaciones en Ecuador.

Con agrado, marchó al país vecino, como una señal divina ya que dicho país estaba consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y el gobierno tenía una estrecha vinculación con la Iglesia Católica. Un día expresó: ¡Oh, si fuera tan dichosa que pudiera morir en las fronteras de esa sagrada Nación!

Al llegar a Túquerres, Ecuador, el pueblo la esperaba con entusiasmo, adornando sus calles. En una casa había un altar con la imagen de San Antonio. Las madres que iban con sor Encarnación relataron que, cuando ella vio la imagen dijo: “Miren a San Antonio”, lo cual significaba el inicio del cumplimiento de la visión.

Cuando se encontraba tomando la cena, repentinamente sor Encarnación exclamó: ¡Jesús, Jesús! y dejó caer su cabeza sobre el hombro de una religiosa que se encontraba a su lado. Seguidamente mandaron a llamar a un sacerdote quien le dio la absolución y fue trasladada a la cama por las demas religiosas quienes, entre sollozos, lamentaban su muerte.

La madre Mariana Calvet, vicaria general, le dijo con autoridad: “Madre mía, no te mueras; te lo mando, no te mueras”. En ese momento volvió a la vida, como si nada hubiera pasado, y durante toda la noche se entregó a la oración.

Tiempo después, en Ipiales, Ecuador, sor Encarnación iba de camino hacia el santuario de la Virgen de las Lajas cuando cayó de un caballo, esto la mantuvo durante once días, sufriendo dolores y fiebres. Entre coloquios espirituales y consejos para las demás religiosas, muere el 24 de agosto, víspera de la fiesta de los dolores internos que ella tanto promovió, de 1886, a los 66 años de edad, en uno de sus institutos, en Ecuador.

Primera santa guatemalteca

Ciento diez años después de la muerte de Sor Encarnación, en 1970, unos soldados que buscaban armas, abrieron la tumba de la religiosa y encontraron el cuerpo incorrupto y desprendía un aroma fragante. Al conocerse la noticia, las bethlemitas lo trasladaron en secreto a Pasto, Colombia, donde fue sepultado nuevamente sin habersele aplicado algún preservante.

En 1987 se abre nuevamente la tumba y se verifica que el cuerpo de Madre Encarnación continuaba incorrupto, ante esta situación es bautizada por la prensa como la “monja durmiente”. Desde entonces se puede visitar su tumba la cual tiene un cristal donde se observa el cuerpo incorrupto aunque cubierto con una máscara de cera como es habitual en estos casos.

En 1995, madre Encarnación es declarada Venerable. El 4 de mayo de 1997 el papa Juan Pablo II la beatifica en una solemne ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El pontífice se refirió a Sor María Encarnación Rosal como una mujer constante, tenaz y animada sobre todo por la caridad.

Para ser beatificada, las ordenanzas de la Iglesia Católica indican que debía certificarse un milagro por su intercesión. En el caso de sor Encarnación se comprobó que en 1975 el señor Ricardo Hernández, colombiano, fue curado de una elefantiasis que padecía desde hacía 40 años. A Hernández, los médicos le indicaron ue debían de amputarle la pierna para sobrevivir.

Las hermanas Bethlemitas conocieron el caso y rezaron una novena a la Madre Encarnación, días después el miembro afectado mostró mejoría, al ser revisado nuevamente por los médicos no encontraron una explicación científica para la curación. Para ser canonizada, se tiene que certificar un nuevo milagro luego de haber sido declarada beata. En la actualidad el proceso se encuentra en revisión en el Vaticano.

Con el paso del tiempo la devoción al Sagrado Corazón de los Dolores Internos fue cayendo en el olvido y limitándose a la influencia de las casas bethlemitas. En 2007 se celebraron los 150 años de las revelaciones de Cristo a la beata Encarnación Rosal y para el efecto se realizó el ejercicio de las diez lámparas con la hoy Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Indulgencia que se venera en el templo del Beaterio. Además de la reedición de los devocionarios redactados por la propia beata y la restauración del templo y de las imagenes gracias a la labor de Monseñor Marco Aurelio González Iriarte, actual rector del Beaterio de Belén.

La tradición popular ligaba a la Madre Encarnación con el Nazareno del Beaterio a través del rezo del víacrucis, sin embargo este extremo está aún pendiente de confirmarse. Sin embargo el mensaje de Jesús revelado a la Beata Encarnación Rosal se recuerda los martes santos cuando el Nazareno de la Indulgencia procesiona majestuoso por las calles del centro histórico, que tantas veces vio caminar a la primera santa guatemalteca y también a través de la bellísima imagen del Sagrado Corazón que se celebra en el mes de agosto.

PREGÓN CUARESMAL DEL VIERNES DE DOLORES, SÁBADO ANTERIOR A RAMOS Y DOMINGO DE RAMOS

Viernes de Dolores

  • ANTIGUA GUATEMALA: Víacrucis del hermano Pedro (varones). Templo de San Francisco el Grande hacia El Calvario. Salida: 3.00 horas.
  • ANTIGUA GUATEMALA: Procesión infantil de Jesús Nazareno del Desamparo y Santísima Virgen de Dolores. Parroquia de San José Catedral. Salida: 15 horas.
  • VARIAS PARROQUIAS: Velación de las imagenes de la Virgen de Dolores en diferentes parroquias. Durante el día.
  • PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN, ZONA 1: Velación del Señor Sepultado y Consagrada Imagen de Nuestra Señora de los Dolores del Manchén. Inicia: 15 horas, Misa Mayor: 18 horas, Concierto de Marchas: 19 horas.
  • PARROQUIA DE CANDELARIA, ZONA 1: Velación de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de Candelaria y Santísima Virgen de Dolores. Misas: 7.15, 12 y 19 horas; Santo Rosario. 17 horas; Víacrucis: 18 horas; Concierto de marchas: 20 horas. Entrega de Turnos de 15 a 20 horas.
  • RECTORÍA DE SANTA CATALINA, ZONA 1: Velación de la Consagrada Imagen del Señor Sepultado del Hermano Pedro y Santísima Virgen de Dolores. De 17 a 19.30 horas.

Sábado anterior a Ramos

  • ANTIGUA GUATEMALA: Víacrucis del Hermano Pedro (damas). Del Templo de San Francisco el Grande al Calvario. Salida: 3 horas.
  • TEMPLO DE LA RECOLECCIÓN, ZONA 1: Solemne Procesión de las Consagradas Imagenes de Jesús Nazareno del Consuelo y Nuestra Señora de Dolores, San Juan y Santa María Magdalena. Salida: 10 horas, San Sebastián: 12 horas, Candelaria: 14.30 horas, La Merced: 15.25 horas; Santo Domingo: 16.25 horas; Arco de Correos: 17.30 horas, Santa Rosa: 19.25 horas, Santa Teresa: 20.15 horas, Catedral: 21.25 horas, Parque el Sauce: 23.40 horas, Entrada: 01.00 horas.
  • PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES, ZONA 1: Solemne Procesión Infantil de la Consagrada Imagen del Niño Jesús Nazareno de la Demanda y Santísima Virgen de los Dolores. Salida: 11 horas, Entrada: 18 horas.
  • ANTIGUA GUATEMALA: Procesión Extraordinaria del Santo Cristo de las Misericordias. Parroquia Nuestra Señora de los Remedios, La Escuela de Cristo. Salida: 15 horas, Entrada: 19 horas.
  • PARROQUIA SANTA MARÍA DE GUADALUPE, COL. QUINTA SAMAYOA ZONA 7: Solemne Procesión de Jesús Nazareno del Perdón y Santísima Virgen de Dolores. Salida: 15.45 horas, Entrada: 21 horas.

Domingo de Ramos:

  • TEMPLO SAN MIGUEL DE CAPUCHINAS, ZONA 1: Procesión Litúrgica y Festiva de la Consagrada Imagen de Jesús de las Palmas. Salida: 6 horas, 10a. ave. y 17 calle: 7.20 horas, 14 calle y 13 ave. (Gerona) 8.20 horas, Ministerio Público: 9.05 horas; 17 avenida y 10a. calle: 10.09 horas, Parque Colón: 11.12 horas, La Merced: 11.39 horas, Catedral: 12.24 horas, Entrada: 13.30 horas.
  • SANTUARIO DE SAN JOSÉ, ZONA 1: Solemne Procesión de las Consagradas Imagenes de Jesús Nazareno de los Milagros y Santísima Virgen María de los Dolores, San Juan y Santa María Magdalena. Salida: 6.30 horas, Parque Colón: 9.30 horas, 11 ave. y 1a. calle zona 1: 11.15 horas, 10a. avenida y 1a. calle zona 1: 13.15 horas, Catedral: 15 horas, Hospital General San Juan de Dios: 18 horas, Recolección: 20.30 horas, La Merced: 22.15 horas, Candelaria: 23.30 horas, Entrada: 1.00 horas.
  • ANTIGUA GUATEMALA: Solemne Procesión de La Reseña con las Consagradas Imagenes de Jesús Nazareno de la Merced y Santísima Virgen de Dolores. Parroquia San Sebastián (La Merced). Salida: 11 horas, San Sebastián: 13.30 horas, Escuela de Cristo: 18.20 horas, Candelaria: 20.30 horas, Parque Central: 21.30 horas, Entrada: 22.30 horas.
  • PARROQUIA SANTA MARÍA DEL TEPEYAC, ZONA 21: Procesión de Jesús Nazareno del Amor y Santísima Virgen de Dolores: Salida: 14 horas.https://www.youtube.com/watch?v=t5JngWOZWKY

Marcha fúnebre: “Gólgota”, inspiración de Monseñor Joaquín Santa María y Vigil y oficial de Jesús Nazareno del Beaterio de Belén. (Video: Tomado de Youtube)

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