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Virgen del Rosario, madre de los quetzaltecos

En la ciudad de Quetzaltenango el mes de octubre es sinónimo de fervor y tradición ya que sus habitantes celebran a su patrona, la Virgen del Rosario. La imagen guarda una historia tan antigua como la ciudad misma.

La Virgen del Rosario es trasladada al altar mayor el último viernes de septiembre de cada año. (Foto: Hemeroteca PL)

La Virgen del Rosario es trasladada al altar mayor el último viernes de septiembre de cada año. (Foto: Hemeroteca PL)

Las festividades en honor a la Virgen inician el último viernes de septiembre, cuando la imagen es descendida de su barroco retablo, se pone a veneración de los fieles y es trasladada en solemne procesión por el Parque Centroamérica hacia el altar mayor de la Catedral altense.

La veneracio?n de la Virgen del Rosario podri?a basarse en la presencia de cuatro frailes Franciscanos y dos Dominicos en la expedicio?n conquistadora que al mando de Pedro de Alvarado descubrio? Quetzaltenango en 1524, con el nombre de Culaja?, Xelaju?j-noj o Quetzaltenango.

El nuevo pueblo fue puesto bajo la advocacio?n del Espi?ritu Santo y por la devocio?n de los Dominicos a la Virgen del Rosario.

La imagen de la Virgen del Rosario es de madera delicadamente tallada incluyendo el vestido largo con mangas mombachas al estilo del siglo XV y mide aproximadamente 1.60 metros. 

No se conoce el autor de la imagen ni el an?o en que fue esculpida, pero segu?n la tradicio?n oral se supone que la escultura perteneci?a a una cofradi?a indi?gena del barrio La Cie?naga de esta cabecera. 

Los documentos de la Catedral de Quetzaltenango, indican que en el an?o de 1749, se levanto? el primer inventario de los bienes de la Iglesia y se ordena en e?l, “La corona de la Virgen del Rosario” dando la pauta de la presencia de la imagen en la capilla dedicada a su veneracio?n y que au?n esta en pie. En 1767 la imagen lució su primer manto. 

Sin duda la ma?s importante y significativa fecha es la que registra una pintura que posee Catedral, en la sacristi?a de la Capilla de la Virgen del Rosario. En ella se observa al entonces arzobispo de Guatemala Cayetano Francos y Monroy en la ceremonia de consagracio?n, en enero de 1781. 

En 1818 se registra en las actas del Cabildo del Ayuntamiento de Quetzaltenango la novena y procesión de la Virgen como rogativa ante las posibles erupciones volcánicas.

La capilla de la Virgen del Rosario es lo único que queda del antiguo Templo del Espíritu Santo ya que éste fue demolido en el año de 1898 para dar paso a la construcción de la actual Catedral, revestida con piedra volcánica tallada. 

La imagen fue retocada en el año 1948 por el artista Humberto Garavito. 

Una de las fechas más significativas para la historia de la escultura y de Quetzaltenango lo constituyó la visita del Papa Juan Pablo II el 7 de marzo de 1983, en esa oportunidad el santificado pontífice coronó a la Virgen del Rosario y le obsequió un rosario traído del Vaticano. 

Acompañamiento especial

Durante el mes de octubre es típico observar a un grupo de damas quetzaltecas ataviadas con traje ceremonial y manto blanco, acompañando a la Virgen. Son las Capitanas y son doce, quienes son elegidas por su devoción y entrega a la imagen. 

Las damas son quetzaltecas viudas que entregan su corazón y se ponen al servicio de la patrona de Quetzaltenango. Cuando una nueva presidenta de las capitanas es escogida, acude una comitiva a su hogar para hacerle el ofrecimiento de formar parte del grupo, es ella quien decide formar parte o no de la agrupación y entregarle su corazón a la Virgen.

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