Los astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) estudiaban una estrella joven, llamada “HD 142527”, que se encuentra rodeada por un gigantesco disco de gas y de polvo cósmico, los restos de la nube que dio origen a la estrella.
Un espacio vacío divide el disco en dos partes, una interna y otra externa. El disco interior se extiende desde la estrella hasta el equivalente a la órbita de Saturno en nuestro sistema solar, mientras que el disco externo comienza unas 14 veces más lejos.
De acuerdo con los especialistas, los planetas gigantes crecen al absorber el gas del disco exterior a través de corrientes que forman puentes a lo largo de la división en el disco.
“Los astrónomos habían hablado sobre la existencia de estas corrientes, pero es la primera vez que hemos podido verlas directamente”, dijo en un comunicado Simon Casassus, de la Universidad de Chile, quien dirigió este estudio publicado en la revista Nature.