En su cargo desde septiembre de 2013, con sondeos cada vez más desfavorables, Tony Abbott, convocó este lunes a los 102 diputados y senadores liberales para una votación secreta.
Según un sondeo publicado este domingo por los diarios del grupo News Corporation, un 55% de australianos es favorable a un cambio de primer ministro, un 35% se opone y un 10% no opina.
Además de los múltiples cambios en torno a las reformas prometidas y olvidadas, Abbott paga la desaceleración de la economía y el hundimiento de los precios de las materias primas.