Aunque la frontera está a varios miles de km de la cárcel de la que se fugaron, las autoridades de los estados del suroeste fueron alertados, así como la Policía mexicana.
“Realizamos una intensa búsqueda en los alrededores más cercanos de la prisión”, añadió el gobernador.
“Es una zona rural, pero si contaron con ayuda desde el exterior, en este momento y dado el tiempo transcurrido desde su fuga, pueden estar en cualquier parte en el país.”
David Sweat, de 35 años, condenado a cadena perpetua por el asesinato de un sherif adjunto, y Richard Matt, de 49 años, condenado a 25 años por haber secuestrado a un hombre, haberlo golpeado hasta la muerte y luego descuartizarlo, se escaparon durante la noche del viernes al sábado recién pasado de la cárcel situada en Dannemora, al norte del estado, cerca de la frontera con Canadá.
La Policía del estado de Nueva York, encargada de las pesquisas, destacó que se exploran más de 150 pistas.
Unas 250 personas, entre policías, personal penitenciario y —rangers— han sido movilizadas, apoyadas por medios aéreos, para escudriñar la zona.
Ofrecen recompensa
La búsqueda de dos asesinos se intensificó después que se ofreció una recompensa de US$100 mil por la información que permita su captura. El gobernador Andrew Cuomo advirtió que podrían haber cruzado al Canadá o a otro estado.
Los dos escaparon atravesando muros y cañerías de acero, y las autoridades investigan cómo adquirieron herramientas poderosas. Las autoridades no dieron detalles de cómo lograron evitar ser detectados.
La prisión, llamada “Pequeña Siberia” por los residentes locales, aloja a unos 3.000 presos, está rodeada de terrenos agrícolas y bosques y se encuentra a unos 45 minutos de automóvil de Montreal.
El gobernador dijo el lunes que los investigadores investigan si empleados civiles o contratistas privados ayudaron a los fugados a obtener las herramientas.
Cuomo dijo en programas televisivos el lunes por la mañana que se sorprendería de que un guardia de la prisión los hubiese ayudado.
Las autoridades montaron puestos de control carreteros y movilizaron perros rastreadores y helicópteros. Cientos de policías inspeccionaban los alrededores de la prisión, a 32 kilómetros (20 millas) de la frontera con Canadá. Fue la primera fuga de la prisión de máxima seguridad, construida en 1865.