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Basura plástica amenaza a los corales de la Gran Barrera

La contaminación de los fragmentos de plásticos microscópicos puede amenazar a la salud de los corales que habitan la Gran Barrera de Coral, situada en el noreste de Australia, alertó ayer un grupo de científicos.

“El aumento de la contaminación de microplásticos en la Gran Barrera podría afectar a los corales debido a que sus pequeñas cavidades estomacales se llenarían de plásticos que no pueden digerir” , dijo Mia Hoogenboom, jefa de investigación del Centro de Excelencia de Estudios de Arrecifes de la Universidad James Cook.

A pesar de la proliferación de los microplásticos, se conoce poco el impacto que tiene en los ecosistemas marinos, especialmente en la salud de los organismos marinos, según un comunicado de la Universidad James Cook.

Por ello los investigadores australianos se centraron en analizar si los corales de la Gran Barrera de Coral consumían estos desperdicios y si establecer la contaminación de plásticos afectaban a la salud de la Gran Barrera.

Para efectos del estudio, los investigadores colocaron los corales recolectados en la Gran Barrera en aguas contaminadas con plásticos, para constatar dos días después de que los organismos marinos habían consumido fragmentos de plástico.

El estudio de la James Cook halló que los corales no son selectivos en su alimentación y están en peligro de ingerir fragmentos microscópicos de plástico como el poliestireno y el polietileno que fueron hallados en pequeñas cantidades en la Gran Barrera.

Los plásticos fueron hallados dentro de los pólipos coralinos envueltos por los tejidos digestivos y se cree que esta situación impediría que estos organismos puedan digerir normalmente sus alimentos.

“Hemos descubierto que los corales ingieren plásticos en proporciones ligeramente por debajo de las proporciones normales de ingesta de plancton marino” , acotó dijo la autora de esta investigación, Nora Hall.

“Los corales obtienen su energía de la fotosíntesis a través del alga simbiótica que vive en sus tejidos, pero también se alimentan de una variedad de alimentos como el zooplancton, los sedimentos de otros organismos microscópicos que viven en los océanos entre otros” , agregó Hall.

El próximo paso de los investigadores es determinar a ciencia cierta el impacto de los plásticos en la fisiología de los corales y su salud, así como el impacto de estos productos contaminantes en otros organismos marinos.

Formada hace decenas de millones de años, cuando Australia se separó del supercontinente Gondwana y se desplazó al norte, la Gran Barrera comprende tres mil arrecifes y más de mil islas, que se extienden a lo largo de dos mil kilómetros, y alberga 400 tipos de coral, mil 500 especies de peces y cuatro mil variedades de moluscos.

La Gran Barrera fue declarada por la Unesco en 1981 Patrimonio de la Humanidad, pero ahora esta organización evalúa si la incluye en 2015 en la lista de Patrimonio en Peligro por el impacto del desarrollo de la zona costera en el ecosistema, la calidad de las aguas y la salud de los corales.

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