Un sacerdote ruso ultraconservador que niega la existencia del nuevo coronavirus tomó por la fuerza el control de un monasterio de mujeres y se enfrenta ahora a un juicio por ello.
BBC NEWS MUNDO
Coronavirus en Rusia: el sacerdote de la Iglesia ortodoxa rusa que desafía a las autoridades al negar la pandemia y asaltar un convento
El padre Sergei es un expolicía que pasó 13 años en prisión por asesinato, aunque sus fieles niegan que esa acusación sea verdad.
El sacerdote ha cambiado legalmente su apellido por el de la última dinastía imperial de Rusia. (Foto Prensa Libre: Getty Images)
El pasado martes, el padre entró en el convento Sredneuralsk,a las afueras de Ekaterimburgo, una ciudad ubicada en el centro-oeste de Rusia, provocando la huida de la madre superiora y varias monjas.
Las autoridades eclesiásticas “tendrán que asaltar el monasterio” si quieren que lo abandone, dijo el padre mientras guardias armados patrullan el sitio.
De hecho, la policía visitó el sitio el miércoles aunque no realizó ningún arresto.
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A este controvertido clérigo se le prohibió predicar en abril.
Y en mayo, se le despojó del derecho a llevar una cruz después de animar a sus fieles a desobedecer el mandato de las autoridades sanitarias impuesto para frenar el avance del coronavirus.
El padre Sergei ayudó a fundar ese convento, el de Sredneuralsk, a principios de la década de 2000, y a lo largo de los años, cientos de fieles han acudido allí a escuchar sus sermones.
Las autoridades rusas cerraron las iglesias el 13 de abril en medio de la pandemia de covid-19, y solo las reabrieron este mes.
El jueves, Rusia confirmó 7.790 nuevas infecciones, una tasa que sin embargo supone el aumento diario más bajo en seis semanas.
La cifra total de casos registrados se eleva a más de 560.000.
El número oficial de muertos asciende a más de 7.600, aunque los más críticos temen que el número real sea mucho mayor.
¿Qué está pasando en el monasterio?
El padre Sergei declaró que el actual brote de coronavirus era una “pseudopandemia” y acusó a los líderes de la iglesia de “trabajar con los ancestros del Anticristo” por cerrar los centros de oración.
Después de suspenderlo en mayo, la Iglesia Ortodoxa Rusa organizó un tribunal eclesiástico para determinar su futuro.
Pero en la sesión de la corte el pasado lunes, el padre Sergei dijo a los funcionarios que tenía la conciencia limpia y declaró que tendrían que echarlo del monasterio de Sredneuralsk por la fuerza.
Fue entonces cuando abandonó la reunión y tomó el control del sitio.
Varias informaciones sugieren que muchos de los hombres armados que custodian el convento ahora son veteranos del conflicto en el este de Ucrania.
La prensa no tienen acceso, aunque un periodista del periódico ruso Novaya Gazeta logró esquivar a los guardias y tuvo un encuentro con el padre Sergei.
“La diócesis me prohíbe servir a mi comunidad, me prohíbe hablar. Pero tuve la suerte de poder hacerlo”, le dijo al periodista.
El padre Sergei se enfrenta a otra sesión de la corte eclesiástica el 26 de junio.
La diócesis de Ekaterimburgo dice que la Madre Superiora Varvara, quien dirigió el convento desde 2005, se fue temporalmente “para evitar conflictos innecesarios”.
Añadió que antes de su próxima vista en la corte, el clérigo debería “corregir lo hecho y arrepentirse“.
¿Quién es el padre Sergei?
El padre Sergei es un expolicía que pasó 13 años en prisión por asesinato, aunque sus fieles niegan que esa acusación sea verdad.
Fue puesto en libertad a fines de la década de 1990.
El sacerdote cambió legalmente su nombre a Nikolai Romanov en honor del último zar de Rusia, Nicolás II.
Se cree que el ex emperador y su familia fueron enterrados fuera de Ekaterimburgo después de su asesinato en 1918, cerca del monasterio Sredneuralsk.
Dentro de la iglesia, el padre Sergei es visto como el líder del oscuro movimiento de “devotos del zar”.
En el pasado hizo numerosas afirmaciones controvertidas, incluida la sugerencia de que el Anticristo pronto se levantará en Rusia como pareja del presidente Vladimir Putin.
También ha criticado las leyes contra la violencia doméstica y los discursos antisemitas.
Entre sus fieles se encuentran varias estrellas deportivas y políticos rusos.