El médico Ronny Jackson dijo que el presidente de Estados Unidos no muestra signos anormales, según los resultados de un examen cognitivo que le practicó, y que además, goza de excelente salud.
BBC NEWS MUNDO
Estados Unidos: Donald Trump no tiene problemas cognitivos, según el médico de la Casa Blanca
Días después de que circularan especulaciones sobre la salud mental de Donald Trump, el médico de la Casa Blanca salió a desmentirlas.
Donald Trump en un apretón de manos con el doctor Ronny Jackson, luego de su examen médico el viernes. REUTERS
“No tiene problemas cognitivos”, dijo el médico el martes.
El viernes, Trump se sometió durante tres horas a su primer examen médico desde que se convirtió en presidente de EE. UU.
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Fue examinado por médicos militares en el Centro Walter Reed en Bethesda, Maryland, en el noreste del país.
El presidente se sometió a los análisis pocos días después del lanzamiento de Fuego y Furia: dentro de la Casa Blanca de Trump, un controvertido libro que avivó los rumores sobre su salud mental.
Abstinencia
El médico Jackson aseguró a los periodistas en la Casa Blanca que la salud general del presidente era “excelente”.
“Todos los datos indican que el presidente está sano y lo seguirá estando mientras dure su gobierno”, dijo.
“Continúa disfrutando de los importantes beneficios a largo plazo que otorga una vida de abstinencia de tabaco y alcohol”, agregó.
Aunque Jackson reconoció que Trump, de 71 años, podría beneficiarse de una dieta baja en grasas y más ejercicio.
El facultativo es contraalmirante de la Marina de EE. UU. Su cargo oficial es Médico del Presidente y también atendió al predecesor de Trump, Barack Obama.
¿Mentiras?
Para verificar la posible disfunción cognitiva, el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. usa la prueba neuropsicológica llamada “Evaluación Cognitiva de Montreal (MoCA, en inglés)”.
La prueba MoCA evalúa la atención y la concentración de un individuo, la memoria, el lenguaje, el pensamiento conceptual, los cálculos y la orientación, entre otras funciones.
Según Michael Wolff, autor de Fuego y Furia, todos los asistentes del presidente en la Casa Blanca lo ven como un “niño” que necesita “gratificación inmediata”.
Trump respondió diciendo que el libro de Wolff estaba “lleno de mentiras”.
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, descartó las sugerencias de que la salud mental del presidente estuviera fallando.
En diciembre de 2015, el propio médico de Trump, Harold Bornstein, declaró en una evaluación que su cliente sería el “individuo más saludable que se haya elegido para la presidencia”.