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Juicio a “El Chapo” Guzmán: la misteriosa tardanza del jurado para llegar a un veredicto

Cuando el juicio al mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán comenzaba en Nueva York hace tres meses, quizá muchos asumían que un inexorable fallo de "culpable" pendía sobre su cabeza.

"El Chapo" aguarda un veredicto del jurado que podría suponerle la cadena perpetua en EE. UU. REUTERS

"El Chapo" aguarda un veredicto del jurado que podría suponerle la cadena perpetua en EE. UU. REUTERS

Después de todo, el Chapo es acusado de liderar el mayor cartel mundial de drogas, alguien que escapó dos veces de prisiones de México y fue definido por autoridades de Estados Unidos como “el criminal más notorio de los tiempos modernos”.

Sin embargo, el jurado ha transcurrido su primera semana de deliberaciones sin un veredicto y emitiendo varias notas con preguntas específicas o pedidos para revisar pruebas.

Las deliberaciones de los 12 miembros anónimos del jurado iniciadas el lunes son reservadas, cubiertas por cierto manto de misterio en un caso que atrae la atención internacional.

“Algo que aprendí al haber pasado por muchos juicios es que nunca se puede adivinar lo que (los miembros de un jurado) están pensando”, dice Rob Heroy, un abogado que defendió a otro narco mexicano y fue asistente de fiscal de distrito en Carolina del Norte, a BBC Mundo.

De todos modos, el Chapo -que se arriesga a una posible pena de cadena perpetua- pareció animado y dio un efusivo abrazo a uno de sus abogados el jueves por la tarde, después que el jurado decidiera hacer una pausa en sus deliberaciones hasta el lunes.

Así, la gran pregunta instalada en la corte federal de Brooklyn es por qué tarda el desenlace de este juicio.

Los pedidos del jurado

La primera explicación lógica para la extensión de las deliberaciones es que el proceso ha sido excepcionalmente largo y tal vez hasta abrumador.

Los miembros del jurado -personas corrientes que han tenido que hacer un paréntesis en sus vidas cotidianas para este juicio- deben decidir sobre 10 cargos que enfrenta “El Chapo”.

Las acusaciones van desde distribución e importación de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana, hasta uso de armas de fuego o lavado de dinero.

El formulario de veredicto consta de ocho páginas con 53 decisiones a marcar. Además de establecer si Guzmán es culpable o no de cada uno de los cargos, el jurado debe indicar si el gobierno probó diversas violaciones.

Y eso puede llevar más de cuatro días de deliberaciones como los transcurridos hasta ahora.

Sólo el primero y mayor de los cargos, de involucramiento en una empresa criminal continua, incluye 27 presuntas violaciones cometidas por el Chapo en meses concretos, de 1989 a 2014.

En lo que parece un intento de determinar varias de esas violaciones, el jurado pidió el jueves revisar el testimonio del narco colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, sobre 10 cargamentos de cocaína que envió al cartel de Sinaloa de Guzmán entre 2003 y 2005.

Esto incluye libros de contabilidad que llevaba Chupeta sobre esos envíos, que denominaba “Juanitas” y que, según la fiscalía, movieron 55 toneladas de cocaína de Colombia rumbo a EE. UU.

Pero el jurado también pidió el miércoles consultar cientos de páginas de testimonios de otros exmiembros del cartel de Sinaloa como Jesús el Rey Zambada, Vicente Zambada y Dámaso Licenciado López.

Y el martes solicitó revisar los testimonios completos de los narcos colombianos Alex y Jorge Cifuentes, así como de un agente de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. que participó en una incautación de marihuana.

Por qué los integrantes del jurado han pedido en su integridad esos testimonios, que en algunos casos duraron días, y no apenas pasajes concretos de los mismos es otra cuestión que intriga a quienes siguen el juicio.

Por otro lado, han aparecido preguntas específicas del jurado.

“Si los miembros de un cartel de la droga son asesinados por un cartel opositor por motivos personales, ¿puede considerarse esto como un crimen de narcotráfico?”, fue una de esas interrogantes.

El juez que conduce el caso, Brian Cogan, respondió que “si los motivos del asesinato son totalmente personales, no relacionados con el tráfico de drogas”, no constituye un crimen de narcotráfico.

“Serio”

Los expertos creen que el jurado puede estar examinando en detalle lo que el propio gobierno ha definido como una “avalancha de evidencia” contra Guzmán, para decidir qué pruebas respaldan cada cargo o violación.

“Este jurado es realmente serio acerca de su trabajo, por eso hacen eso y no dicen simplemente que van a encontrar a este narco culpable de todo porque lo quiera el gobierno”, señala Heroy.

También advierte de que es probable que existan dudas sobre la credibilidad de algunos testigos de la fiscalía o que haya diferencias entre los miembros del jurado sobre el veredicto.

“Sucede con bastante frecuencia que hay miembros del jurado que solicitan pruebas para intentar convencer a otro miembro del jurado”, sostiene.

Para que Guzmán, de 61 años, sea declarado culpable de cualquier cargo debe haber unanimidad de los 12 integrantes del jurado.

La defensa procuró desde el inicio del juicio cuestionar la credibilidad de los 14 testigos cooperantes presentados por el gobierno, en su gran mayoría exsocios o colaboradores de Guzmán que buscan reducir sus propias sentencias.

“Si tienen una duda, apodérense de ella. No la dejen ir. Sujétense a ella como si estuvieran sujetándose a la vida”, pidió Jeffrey Lichtman, uno de los abogados de el Chapo, en sus alegatos finales al jurado.

Sin embargo, además de varios testigos, la fiscalía presentó pruebas materiales contundentes, como una serie de grabaciones de llamadas interceptadas a Guzmán donde habla sobre negocios de drogas, sobornos, violencia o cómo tratar con la policía.

“En el transcurso de las 10 semanas, el gobierno ha probado los 10 cargos más allá de una duda razonable”, afirmó la fiscal Andrea Goldbarg en sus alegatos finales.

Pero mientras no surja un veredicto, existe la posibilidad -aunque sea remota- de que haya un jurado en desacuerdo o que el Chapo sea absuelto, en cuyo caso debería responder a cargos que enfrenta en otros distritos de EE. UU. y seguiría preso.

Otra opción es que el jurado llegue a un acuerdo sobre algunos de los 10 cargos, y no la totalidad de ellos, lo que, en la práctica, podría no implicar gran diferencia con un veredicto de culpabilidad total.

“El problema con un veredicto dividido es que no necesariamente ayuda mucho a la defensa”, explica Heroy. “Es una especie de victoria simbólica superar algunos cargos, pero los otros cargos tienen sentencias que pueden ser de cadena perpetua”.

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