Aunque se ha mantenido alejada de los podios y los discursos durante los últimos años, Melania Trump, la esposa del presidente de Estados Unidos, se unió este martes a otros miembros de la familia en la Convención Republicana, donde su marido aceptará el jueves la nominación del partido para las elecciones del 3 de noviembre.
BBC NEWS MUNDO
Melania Trump: el emotivo discurso de la tradicional y discreta primera dama que se mantiene a la sombra del presidente de EE. UU.
Fue, tal vez, su discurso más importante desde que llegó a la Casa Blanca como primera dama.
Fue tal vez su discurso más importante desde que llegó a la Casa Blanca. (Foto Prensa Libre: Reuters)
Durante su discurso en uno de los jardines de la Casa Blanca, con una audiencia sentada a poca distancia y sin mascarilla, la primera dama inició su discurso con un mensaje emotivo sobre el coronavirus y su impacto en EE.UU.
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“No están solos”, dijo a las personas que han sufrido de covid-19 o han perdido a los suyos, para luego reconocer que “el enemigo invisible arrasó nuestro hermoso país y nos impactó a todos”.
Fue un reconocimiento poco habitual en una Convención que de momento ha evitado centrarse en el daño de la pandemia en el país más afectado por el coronavirus en todo el mundo.
En defensa de su esposo, que ha sido duramente criticado por la forma en la que ha manejado la pandemia (EE.UU. en el país con más contagios y muertos en el mundo), la primera dama aseguró que su esposo no parará hasta encontrar una solución al coronavirus.
“Mi marido no parará hasta que haya una vacuna para todos. Donald no descansará hasta que haya una cura para esta pandemia”, dijo.
Durante su largo mensaje, Melania Trump, nacida en Eslovenia, se refirió a su historia personal, agradeció a su familia y se refirió a su proceso para obtener su nacionalidad estadounidense.
“Como primera dama he visto hacerse realidad el sueño americano una y otra vez“, dijo.
También pidió a los medios centrarse en la cobertura del virus y afirmó que no utilizaba un lenguaje divisivo porque la nación necesitaba unidad, uno de los pocos mensajes de reconciliación hasta ahora en la Convención Republicana.
Pero ¿qué papel ha tenido Melania Trump en sus casi cuatro años en la Casa Blanca?
Una primera dama “tradicional”
Glamorosa y completamente dedicada a su esposo y su éxito, Melania Trump ha sido vista como una especie de cónyuge presidencial retro, una Jackie Kennedy moderna.
Al igual que la exprimera dama Kennedy, Melania, ahora de 46 años, habla cuatro idiomas: esloveno, francés, alemán e inglés.
Cuando Trump insinuó por primera vez que se inclinaría por la presidencia, en 1999, dijo a los periodistas: “(Melania) Sería muy tradicional (como primera dama), como Betty Ford o Jackie Kennedy”.
Pero no es una primera dama tan tradicional, ya que, por ejemplo, fue la primera que había posado desnuda para una revista antes de llegar a la Casa Blanca.
Y principios de 2016 resurgió una entrevista telefónica lasciva que hizo el locutor de radio Howard Stern al matrimonio Trump en el que les pregunta sobre qué lleva puesto Melania (“casi nada”) y la frecuencia con la que tenían relaciones sexuales (“todas las noches, a veces más”).
Melania también demandó al Daily Mail por un artículo que, según ella, sugería que fue una trabajadora sexual en la década de 1990.
El periódico acordó pagar daños y perjuicios y se disculpó con la primera dama en abril de 2017.
De Eslovenia a Nueva York
La primera dama nació con el nombre de Melanija Knavs en Sevnica, una pequeña ciudad a una hora en auto de la capital de Eslovenia, Liubliana, en una familia relativamente acomodada.
Su padre, Viktor, trabajó para el alcalde de la cercana Hrastnik antes de convertirse en un exitoso vendedor de automóviles. Su madre, Amalija, diseñó estampados para una marca de moda.
Melania estudió diseño y arquitectura en Liubliana. En su sitio web profesional decía que tenía un título, pero luego se supo que abandonó la universidad durante el primer año. El sitio web ahora se ha eliminado por completo y redirige al sitio de negocios de Trump.
A los 18, firmó con una agencia de modelos en Milán y comenzó a volar por Europa y Estados Unidos, apareciendo en campañas publicitarias de alto perfil.
Fue en una fiesta de la semana de la moda de Nueva York donde conoció a Trump.
Como su esposo, nunca bebe, según reportes, y evita las fiestas nocturnas.
Tiene su propio negocio de joyería y se dice que participa en el proceso de diseño.
Se casaron en 2005 y tuvieron un hijo, Barron, en 2006.
En la Casa Blanca
Inicialmente, no se mudó a la Casa Blanca con su esposo después de su victoria electoral. Permaneció en Nueva York hasta el final del período escolar de Barron y se unió al presidente en Washington en 2017.
Desde de mudarse, ha ayudado con las decoraciones navideñas anuales de la Casa Blanca.
Melania ha justificado los ataques de su esposo a la inmigración y para ello ha destacado su propia historia personal, diciendo que ella hizo su proceso de nacionalización según las leyes.
“Nunca me pasó por la cabeza quedarme aquí sin papeles”, le dijo a Harpers Bazaar. “Sigues las reglas. Sigues la ley. Cada pocos meses necesitas volar de regreso a Europa y sellar tu visa”.
“La política es el trabajo de mi esposo”
Melania Trump se ha mantenido en gran medida alejada de la refriega política, limitando sus apariencias a estar al lado de su esposo.
“Elegí no entrar en la política “, dijo en una entrevista con GQ. “Las políticas son el trabajo de mi esposo”.
Su único gran momento de la campaña de 2016 llegó cuando ocupó el centro del escenario el primer día de la Convención Nacional Republicana en julio de ese año para el tradicional discurso conyugal… Y no salió bien.
Los comentaristas notaron rápidamente similitudes notables con el discurso de la Convención Demócrata de Michelle Obama, esposa del presidente Barack Obama, en 2008 y el escándalo de plagio resultante eclipsó lo que tenía que decir.
Mucho mejor resultó su emotivo discurso de este lunes, más centrado en lo humanitario que en lo político.
En 2018 generó una gran controversia tras usar una chaqueta con las palabras “Realmente no me importa, y ¿a ti?” escrito en la parte de atrás de su chaqueta durante un viaje a un centro de detención de niños migrantes.
“Fue por la gente y por los medios de izquierda que me critican”, dijo a ABC News sobre el mensaje. “Quiero mostrarles que no me importa”.
A pesar de incidentes es una gran desconocida en comapración con sus predecesoras. Dice que aconseja a su marido, pero no revela en qué.
“Nadie lo sabe y nadie lo sabrá, porque eso es algo entre mi marido y yo”, afirmó en la revista GQ.