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Mientras el frío azota a América del Norte, en Sídney, Australia, la temperatura llegó a 47.3 grados: la más alta desde 1939

Sídney, Asutralia, ha experimentado el clima más caliente en 79 años, con temperaturas que alcanzan los 47.3 grados centígrados.

Se emitieron advertencias de incendios en el área metropolitana de la ciudad y, el domingo, las autoridades prohibieron, en toda la metrópoli, que se encendieran fogatas al aire libre.

Con la medida se busca reducir el riesgo de incendios forestales, los cuales son comunes en Australia durante los veranos áridos.

El domingo las temperaturas estuvieron a punto de rebasar el calor sofocante que experimentó la zona en 1939 cuando el mercurio subió a los 47.8 grados.

Las temperaturas en Penrith, suburbio ubicado en el occidente de Sídney, fueron confirmadas por el Buró de Meteorología.

 
El sábado varios incendios se reportaron. De hecho, algunas propiedades en los estados de Victoria y Australia Sur quedaron destruidas.

Récord tras récord

En septiembre de 2017, a los australianos se les advirtió que se prepararan para una peligrosa temporada de incendios forestales tras uno de los inviernos más secos en la historia de ese país.

Entre diciembre de 2016 y febrero de 2017, más de 200 récords climatológicos se rompieron en toda Australia, los cuales provocaron olas de calor, incendios forestales e inundaciones a lo largo del verano.

Los expertos han advertido que las temperaturas, incluyendo las del mar, han sido afectadas por el cambio climático, fenómeno que, aseguran, está llevando a condiciones climáticas más extremas.

La tenista francesa Kristina Mladenovic, quien disputa un torneo en ese país, se disculpó después de retirarse en la mitad de su partido contra la australiana Ellen Perez debido al calor. 

“43 grados pero probablemente 50 en la cancha cuando empecé”, dijo Mladenovic en Twitter.

“Lo lamento por los aficionados, creo que es la primera vez en mi carrera que me retiro de un partido”.

Y en el otro lado del mundo

La situación en Australia no puede ser más diferente a la que vive el este de América del Norte, donde una severa tormenta ha hecho que se prolongue aún más la ola de frío que comenzó alrededor de Navidad.

En algunas partes de Estados Unidos, los termómetros llevan casi una semana marcando temperaturas gélidas récord. En algunas áreas la temperatura bajó a -37 grados.

Por primera vez en 28 años, el estado de Florida, uno de los más cálidos de la Costa Este, registró la caída de nieve en la capital estatal, Tallahassee.

Llamada por los expertos como “bomba meteorológica”, este temporal ha dejado una acumulación de nieve de casi medio metro, como se registró el jueves en la localidad de Bangor, en el estado de Maine.

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