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Thierry Baudet, el excéntrico nuevo rostro de la extrema derecha holandesa que toca el piano, juega ajedrez y publica desnudos en Instagram

La extrema derecha de la progresista Holanda tiene un nuevo rostro: Thierry Baudet.

Thierry Baudet es el nuevo rostro de la extrema derecha de Holanda. FOto:AFP

Thierry Baudet es el nuevo rostro de la extrema derecha de Holanda. FOto:AFP

Tiene solo 36 años y en poco más de dos años se ganó un lugar en la agenda política del país con su agenda antiinmigrantes y sus elaborados discursos, mezcla de citas culteranas con mensajes antieuropeos y xenófobos.

Baudet es el líder del Foro para la Democracia (FvD), el pequeño partido que a duras penas se ganó hace un par de años dos asientos en la Cámara Baja pero que en las elecciones provinciales del miércoles logró entrar de lleno en la política nacional.

El FvD se llevó solo el 14% de los votos nacionales, pero en el fragmentado panorama electoral holandés fue suficiente para ponerlo en la cima de todas las organizaciones políticas: llegó a superar incluso al Partido Liberal (VVD), encabezado por el primer ministro Mark Rutte.

Así, tras los comicios del miércoles para elegir la formación de los Consejos Provinciales, que a su vez elegirán en mayo próximo la composición de la Cámara Alta, Baudet tendrá 13 senadores (de un total de 75).

Con ese resultado dejó atrás por cuatro votos a su declarado rival político: Geert Wilders, el líder del Partido para la Libertad, la vieja cara de la extrema derecha holandesa.

Pero también rompió con la alianza de la mayoría progresista del Senado, el ente responsable de pasar las leyes que rigen la política nacional.

El resultado es histórico: desde las reformas políticas de 1917 es la primera vez que un nuevo partido ocupa más asientos en el Congreso que las tres corrientes políticas tradicionales: los confesionales, liberales y socialdemócratas.

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Baudet lanzó su partido hace dos años y ya alcanzó la mayoría en el Senado de Holanda.

Y muy pocos dudan que detrás del sorprendente resultado ha estado el verbo encendido de Baudet, el excéntrico político que toca piano, juega ajedrez, da discursos en latín y publica desnudos en su cuenta de Instagram.

Pero que también dice admirar a Putin, niega el calentamiento global, llama “invasión” a la inmigración musulmana y cree que las mujeres son “biológicamente inferiores”.

El fulgurante ascenso a la política

Buadet, la nueva voz contra la inmigración en Holanda, es hijo de una médica especialista en ortopedia y un historiador e instructor de piano, que tienen raíces francesas, indonesias e indias.

Nacido en 1983 en la norteña ciudad de Heemstede, estudió Historia en la Universidad de Ámsterdam y luego hizo su doctorado en Derecho en Leiden con una tesis en la que abogaba por el regreso al Estado-nación y cuestionaba el concepto de multiculturalismo.

Desde entonces, en diversos artículos escritos por él mismo se autodefine como como “el intelectual más importante de su generación” en Holanda y una “autoridad” si de bellas artes se trata.

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Baudet defiende que el arte no occidental es inferior al arte europeo.

De hecho, escribió un libro sobre artes plásticas: “Oikofobia”, en el que defiende a pie juntillas que el arte no occidental es inferior al arte europeo.

También se opone a la música atonal, no le gusta la arquitectura moderna posterior a 1950 y cree que las artes plásticas desde 1900 entraron en crisis (lo que le ha valido que se comparen sus ideas con las de “arte degenerado” del nazismo).

Ideas políticas

En la política sus ideas tampoco escapan de la controversia.

En la tradicionalmente ambientalista Holanda ha dicho que el cambio climático es “brujería” y que no cree en la “idolatría de la sostenibilidad”.

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Holanda abogado por años por la sostenibilidad ambiental.

En uno de los países con mayor equidad de género según la ONU, Baudet sostiene que las mujeres no rinden igual que los hombres y que prefieren leer revistas de moda y tener hijos antes de apostar por una carrera.

Y para alinearse con el resto de la extrema derecha regional, considera a la inmigración -principalmente la musulmana- y a la Unión Europea (UE) como dos “males” del mundo moderno.

En su criterio, el “viejo continente” debe seguir siendo “predominante y culturalmente blanco” y aboga no solo porque Holanda salga de la UE, sino porque el bloque regional desaparezca por completo.

Ha hablado incluso de un Nexit (la contracción de Netherlands exit, en referencia al Brexit británico), aunque luego cambió y dijo que quiere ver primero qué pasa con la salida de Reino Unido del bloque regional.

Según analistas holandeses, el político ha ganado popularidad por su apariencia física y su postura de “dandi”, pero también gracias una ágil estrategia de redes sociales y el uso de expresiones y “actuaciones” controvertidas para llamar la atención (con las que sus críticos aseguran que busca ser una versión joven y apuesta de Trump).

Ha usado ropa militar en el Congreso, ha faltado a sesiones parlamentarias o debates por “tener prácticas de piano” y ha interrumpido las discusiones en la Cámara baja con preguntas o intervenciones para las que no había pedido permiso.

Pero según diversos analistas, más allá de su actitud provocativa para robar titulares y llamar la atención, su victoria es también una señal de alarma más profunda.

Cambio de paradigma

Tras los resultados del miércoles, medios holandeses han destacado que Baudet ha venido a representar no solo una ruptura con la cultura política holandesa reciente, sino una forma más elitista y renovada de extrema derecha.

Casi un tercio de su voto provino de partidarios del PVV de Wilders, que parece una fuerza cada vez más agotada ante el auge de la sofisticada y culterana versión del FdV.

Pero también habla de la decadencia de otras opciones que hasta ahora han marcado la política holandesa, como el VVD de Rutte, el hombre que ha gobernado el país desde 2010.

De hecho, muchos atribuyen los resultados de las elecciones del miércoles a un “voto de castigo” en su contra, que tuvo su tiro de gracia con el asalto perpetrado por un inmigrante turco en Utrecht a inicios de semana.

Así, para aquellos enojados con el actual gobierno, Baudet sepresenta como el “único defensor” de la “cultura occidental del país” y, en particular, de su gente blanca, lo que él denomina “Europa Boreal”.

“Nos han llamado al frente porque nuestro país nos necesita. Esto se debe a la arrogancia y la estupidez del poder establecido”, aseguró tras conocer los resultados del miércoles.

Aunque los expertos señalan que el impacto del FvD en el Senado no implicará necesariamente que Holanda y sus leyes den un giro hacia la derecha, muchos temen el peso que pueda tener el partido y sus opciones en las elecciones de la Unión Europea en mayo.

Y, también, lo que pueda pasar en Holanda en un par de años.

En 2017, el nuevo partido de extrema derecha apareció de la nada y ganó dos puestos en el Parlamento. Dos años después, ya tiene la mayoría en el Senado.

Ahora, Baudet pone su mira en las elecciones de 2021, donde aspira a convertirse en jefe del gobierno de Holanda.

“No me importa el poder, pero creo que es necesario que llegue a ser primer ministro”, dijo.

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