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Todos contra el “Trump millenial”: los ganadores y perdedores del primer debate presidencial republicano (sin Trump)

“Es el elefante blanco en la habitación”.

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Arriba, de izquierda a derecha: Asa Hutchinson, Ron DeSantis, Chris Christie, y Vivek Ramaswamy. Abajo, empezando por la izquierda: Mike Pence, Doug Burgum, Tim Scott y Nikki Haley.

Arriba, de izquierda a derecha: Asa Hutchinson, Ron DeSantis, Chris Christie, y Vivek Ramaswamy. Abajo, empezando por la izquierda: Mike Pence, Doug Burgum, Tim Scott y Nikki Haley.

Eso dijo este miércoles Bret Breier, uno de los dos moderadores del primer debate entre los candidatos republicanos a las primarias para las presidenciales de 2024 en Estados Unidos, en referencia a la ausencia de Donald Trump.

Y es que el expresidente, quien domina la carrera para la nominación según las encuestas, decidió no participar en el evento que tuvo lugar en el pabellón Fiserv Forum de Milwaukee, Wisconsin.

Los que sí subieron al escenario para la batalla dialéctica retransmitida por la cadena Fox News fueron el gobernador de Florida Ron DeSantis, el empresario y novato en la arena política Vivek Ramaswamy, el exvicepresidente Mike Pence, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, el senador Tim Scott, el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, y gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum.

Te contamos quién brilló, quiénes pasaron sin pena ni gloria y para quiénes no fue la mejor noche de su carrera.

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Los ganadores

Vivek Ramaswamy

Vivek Ramaswamy
Getty
Con 38 años, Vivek Ramaswamy es el más joven en la carrera por la nominación republicana.

El primerizo Vivek Ramaswamy, quien nunca antes se había postulado para un cargo público y ni siquiera votó en las presidenciales entre 2004 y 2020, simplemente dominó el primer debate de las primarias republicanas.

Con una amplia sonrisa y una lengua ágil, por momentos parecía el único candidato en el escenario pasándoselo bien.

Pudo deberse en parte a que, como novato, superó las expectativas y no tenía mucho que perder.

Nadie se esperaba que estaría entre los principales aspirantes a coronarse como el candidato republicano a la presidencia. Mucho menos que lo situarían justo al lado del gobernador de Florida Ron DeSantis, quien ocupó el centro del escenario por ser, detrás del ausente Donald Trump, a quien más intención de voto le otorgan los sondeos.

Pero ahí estuvo, defendiéndose de los ataques del ex vicepresidente Mike Pence sobre su juventud e inexperiencia y enzarzándose con la exembajadora de Trump ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, tras su llamado a cortar la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania.

También salió en defensa de Trump cuando, tal como se esperaba, otro candidato, el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, criticó con dureza al exmandatario e hizo un llamado a “dejar de normalizar una actitud que no es propia de la presidencia de EE.UU.”.

Ramaswamy dijo que, con su intervención, Christie estaba haciendo una audición para el canal de noticias de izquierda MSNBC, mientras Haley, con su postura de seguir apoyando militarmente a Ucrania, buscaba un puesto en la junta de contratistas de defensa.

“Soy la única persona en el escenario al que no le han pagado o no es un vendido”, espetó cuando el debate tornó hacia el cambio climático, provocando la indignación entre sus rivales.

Una y otra vez Ramaswamy se presentó a sí mismo como un outsider frente a un grupo de políticos de carrera. “No soy un político, soy un empresario”, dijo al principio y a lo largo del debate fue haciendo hincapié en que pertenece a otra generación.

Por ello, ya lo han apodado el “Trump millenial.

Muchas de sus posturas -el llamado a Ucrania a que le ceda territorio a Rusia, a usar la fuerza militar para asegurar la frontera sur y a prohibir a las empresas estadounidenses hacer negocios con China- se sitúan al margen de la corriente política principal, incluso dentro del mismo Partido Republicano.

Pero tal como Trump demostró en 2016, incluso las propuestas más extravagantes y poco prácticas suelen resultar eficaces para captar la atención.

Puede que no tenga el combustible político suficiente para disputarle a Trump la nominación, y puede que tampoco lo quiera, pero su participación en el debate de este miércoles dejó claro que será un factor a tener en cuenta en los meses de carrera que quedan por delante.

Mike Pence

Mike Pence
Getty
Las tablas le jugaron a favor al ex vicepresidente Mike Pence.

Mike Pence, un vetenerano político que ha sido miembro de la Cámara de Representantes, gobernador y vicepresidente, aún le queda algo de cuerda.

Odiada por los seguidores de Trump y bajo la mirada desconfiada de los críticos del expresidente, su campaña para las presidenciales se ha tambaleado bastante.

Pero su experiencia sobre los escenarios le jugó a favor en la noche de este miércoles.

Se puso en modo ataque muy al principio, en su primera oportunidad para hacer comentarios, señalando la inexperiencia de Ramaswamy y diciendo: “Este no es el momento para alguien en prácticas”.

Hizo un llamado apasionado, basado en la religión, a limitar el aborto en toda la nación.

Esa argumentación probablemente no funcionaría bien de cara a las elecciones generales del próximo año.

Pero puede que ahora le ayude a capitalizar el voto de los republicanos evangélicos que pueden inclinar la balanza en estados como Iowa y Carolina del Sur, que tienen un peso enorme a la hora de decidir quién será el candidato del partido.

Durante la segunda parte del debate, cuando los aspirantes discutían sobre Trump y las acusaciones que pesan sobre él, fue Pence el que tuvo la última palabra.

“Cuando el presidente me pidió que lo pusiera por encima de la Constitución, yo puse la Constitución por delante, y así lo haré siempre”, dijo.

Varios de sus rivales le dieron crédito por aquella decisión, reconociendo que hizo lo correcto al negarse a anular los resultados de las elecciones de 2020 a instancias de Trump.

Su campaña sigue enfrentando desafíos fundamentales, pero al menos este miércoles por la noche demostró por qué muchos republicanos conservadores lo consideraron en algún momento presidenciable.

Nikki Haley

La exembajadora de Estados Unidos ante la ONU tiende a sorprender a aquellos que la subestiman.

Nunca ha perdido una carrera para un cargo, ni siquiera cuando se enfrentó a candidatos republicanos más establecidos para aspirar al puesto de gobernador de Carolina del Sur.

Este miércoles por la noche destacó por ser la primera en criticar no solo a Trump, sino al Partido Republicano en su conjunto.

“Los republicanos también te hicieron esto”, dijo al hablar del enorme déficit presupuestario de EE.UU. “Tienen que dejar de gastar, de pedir préstamos”.

Cuando el debate viró hacia Trump, Haley tildó al expresidente de “el político menos apreciado de Estados Unidos” y advirtió que el Partido Republicano sufrirá por ello en las próximas elecciones generales.

También mostró ánimo de pelea.

Discutió acaloradamente con Ramaswamy cuando este afirmó que, de ser presidente, no seguiría apoyando militarmente a Ucrania.

Y chocó con Pence cuando el tema sobre la mesa fue el aborto, asegurando que los llamados del ex vicepresidente a una prohibición nacional del aborto es irreal y políticamente perjudicial.

Incluso si en esta ocasión no se alza con la nominación republicana, su desempeño en el debate podría dejar a esta mujer de 51 años bien posicionada para futuras carreras por la presidencia, sobre todo en años electorales que no estén dominados por un exmandatario candidato.

Los que quedaron en medio

Tim Scott y Chris Christie

Tim Scott y Chris Christie (en primer plano, con Nikki Haley detrás)
Getty
Tim Scott y Chris Christie (en primer plano, con Nikki Haley detrás) tuvieron pocos momentos destacados.

El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, hizo exactamente lo que muchos esperaban que hiciera.

Criticó a Trump, lanzó algunos dardos a Ramaswamy y se mostró, en general, combativo.

Por esas dos intervenciones fue abucheado, como también lo fue cuando lo presentaron.

Su frase más ingeniosa fue tal vez la de “ya hemos tenido suficiente de un político neófito que suena como ChatGPT”, que lanzó en referencia a Ramaswamy.

Sin embargo, eso no le ayudó a congraciarse con la audiencia que estaba siguiendo el debate en persona.

En cuanto a Tim Scott, único senador negro del Partido Republicano, su actitud de buen tipo lo llevó a mantenerse al margen en los momentos más acalorados del debate.

Eso no le ayudará a ganar votantes, pero podría pulir sus credenciales si a lo que aspira es a ser a quien Trump elija para la vicepresidencia.

Los perdedores

Ron DeSantis

El gobernador de Florida Ron DeSantis
Getty
Muchos esperaban que el gobernador de Florida Ron DeSantis fuera el centro de atención del debate, siendo el principal rival de Donald Trump para la nominación republicana.

A principios de año parecía que la nominación republicana para las presidenciales iba a ser una carrera entre dos: Ron DeSantis y Donald Trump.

Desde entonces, el gobernador de Florida ha caído en las encuestas y sus rivales han acortado distancias.

Y si aún no lo habían alcanzado, puede que lo hayan hecho tras el debate.

No fue una actuación terrible la de DeSantis. Tuvo sus momentos, en particular cuando habló de su historial de servicio militar y cuando hizo un llamado a implementar unas políticas gubernamentales más agresivas para lidiar con la crisis de los opioides.

Sin embargo, se quedó al margen en todos los momentos claves del debate.

Ramaswamy lo superó en varias ocasiones.

Otros candidatos, como Pence y Haley, lo apartaron a codazos en temas como el aborto o la ayuda militar estadounidense a Ucrania.

Incluso pareció que no pisaba tierra firme cuando la discusión avanzó hacia el tema de los procesos legales contra Trump.

No tuvo el desempeño que necesitaba. El hombre al que se consideró el futuro del Partido Republicano simplemente no fue un aspirante clave en el debate.

Asa Hutchinson y Doug Burgum

Los participantes en el debate de las primarias republicanas
Getty
Asa Hutchinson y Doug Burgum se colocaron en los dos extremos del escenario.

El exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson fue el último candidato en cualificar para el debate en Milwaukee.

Por su parte, el gobernador de Dakota del Norte, Doug Bergum, se abrió paso hasta el debate con un truco: ofrecer a suficientes personas tarjetas de regalo de US$20 si donaban US$1 a su campaña.

Ambos candidatos necesitaban desesperadamente demostrar que merecían estar ahí, en el escenario.

Pero las críticas de Hutchinson a Trump empalidecieron frente a las más agresivas de Christie.

Y el conservadurismo de estado pequeño de Burgum no terminó de destacar en ningún momento.

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