Los bombardeos comenzaron el 23 de septiembre. Desde esa fecha mataron a mil 465 miembros del EI, en su mayoría no sirios, a 73 yihadistas de Al Nosra y a un rebelde que era rehén del EI en Raqa (norte), “capital” del grupo extremista en Siria, según el OSDH.
Washington, apoyado por una pequeña coalición de países árabes, extendió el año pasado sus operaciones aéreas contra el EI iniciadas en Irak.
Este grupo ultrarradical controla zonas de Irak y de Siria en las que declaró un “califato”. Atrae a combatientes extranjeros y siembra el terror mediante las decapitaciones y crucifixiones de aquellos que considera sus enemigos.