Internacional

Cadena perpetua al británico Richard Huckle por abusar de 77 niños en Malasia

Richard Huckle, un pederasta británico que abusó de decenas de niños de barrios pobres de Kuala Lumpur fue condenado el lunes a cadena perpetua por un tribunal de Londres.

El británico Richard Huckle, de 30 años, fue condenado el lunes en Londres a cadena perpetua por pederasta. (Foto Prensa Libre: AFP).

El británico Richard Huckle, de 30 años, fue condenado el lunes en Londres a cadena perpetua por pederasta. (Foto Prensa Libre: AFP).

Huckle, de 30 años, que aprovechó su trabajo en una organización caritativa cristiana para cometer los abusos, recibió una pena de 22 cadenas perpetuas, y no podrá salir de la cárcel en libertad condicional antes de 25 años.

Huckle compartía en internet los videos de sus abusos a niños y trató de sacar dinero con las filmaciones.

La justicia identificó a 23 de los niños que sufrieron sus abusos, aunque se sospecha que fueron muchos más, todos de barrios cristianos pobres de la capital malasia.

En total, la justicia presentó 71 cargos contra él, de los que se declaró culpable.

“Es inusual que un juez tenga que dictar condenas por abusos sexuales cometidos a semejante escala por una persona”, dijo el juez Peter Rook.

El acusado llegó a escribir un manual titulado Pederastia y pobreza: una guía para el amante de niños, en la que reconocía haber abusado de 191 niños, según trascendió en el juicio.


Huckle visitó Malasia por primera vez a los 19 años y se hacía pasar por un filántropo y piadoso profesor de inglés.

Fue arrestado cuando llegó a Londres a pasar las vacaciones navideñas con su familia en el 2014.

El acusado llegó a escribir un manual titulado Pederastia y pobreza: una guía para el amante de niños, en la que reconocía haber abusado de 191 niños, según trascendió en el juicio.

En una ocasión, comentó en internet: “los niños pobres son definitivamente mucho más fáciles de seducir que los niños occidentales de clase media”.

En otra ocasión, presumió de una víctima: “he ganado la lotería, una niña de tres años que es tan leal como mi perro, y a nadie parece importarle”.

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