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Casas en los árboles y prácticas de canibalismo: La vida de la tribu korowai

Papúa Occidental, una provincia de Indonesia donde hay al menos 312 tribus indígenas que buscan desterrar algunas de sus prácticas, pero mantienen otras.

Existen muy pocos lugares en el mundo con tanta diversidad cultural y étnica como Papúa Occidental, una provincia que no ha tenido contacto con el hombre occidental. Manejan un equilibrio con la naturaleza y esa relación les permite a la tribu korowai vivir en los árboles.

Este pueblo también es conocido como kolufus y está integrado por 3 mil personas aproximadamente y tuvo su primer contacto con misioneros holandeses en la década de 1970. Una parte de su población se ha occidentalizado y la mayoría conserva sus tradiciones y costumbres milenarias que provinieron la épica en la que estaban aislados del mundo.

La tribu de los korowai se mantiene a salvo en las alturas y en esta zona la humedad es muy alta y se da la propagación de los mosquitos, insectos, animales salvajes y las inclemencias climáticas como las inundaciones que juegan un papel fundamental para que decidan elevar sus casas.

Las casas en los árboles les permiten protegerse de los insectos, depredadores y espíritus malignos.

Viviendo desde las alturas

Las casas en los árboles son generalmente construidas entre los 6 y 15 metros de altura, aunque algunas pueden llegar hasta los 35 metros. Esto también simboliza un nivel de estatus social, mientras más altas son, mayor es el prestigio del clan.

Los pobladores construyen sus casas en las copas de los árboles más fuertes y utilizan todos los materiales que la selva le provee para su interior. Los pisos y los techos son cubiertos con hojas de palmeras, mientras que las paredes son revestidas con rollos de corteza de los árboles. Los trabajos pueden durar en promedio dos semanas hasta que la casa esté terminada y si un clan vecino los ayuda deben devolverle el favor. Cuando la casa está lista para que vivan todos los integrantes participan en un rito inaugural en el que encienden una pequeña fogata en su interior.

Sus casas en el árbol les permite protegerse de los animales salvajes.

Un tronco es utilizado como escalera, sin utilizar alguna medida de seguridad y una caída de esa altura puede ser letal y una de sus reglas es que los hombres suben primero y luego las mujeres.

Canibalismo

Los korowai saltaron a la fama en 1974 y empaparon la prensa de los países civilizados por ser caníbales, aunque ellos aseguran que no comen personas desde hace varias décadas. El periodista australiano Paul Raffaele viajó en 2006 para entender un poco más su cosmovisión y vivió con ellos durante 10 años y pudo adentrarse en la selva, hacer contacto y sobrevivir.

Cuando alguno de los integrantes muere de una forma que ellos consideran misteriosa creen que se debe a los brujos del inframundo llamados khakhua. Estos demonios se comen el interior del cuerpo de los hombres y la lógica de la tribu es pagar con la misma moneda.

Cocinar todo al vapor en un horno hecho de hojas y piedras. La cabeza es para la persona que encontró a khakua y se comen todo excepto el cabello, unas y partes íntimas. Sin embargo, también hay otro antecedente de canibalismo: el de las batallas con las tribus vecinas. Además de hacerlo por una cuestión espiritual, este clan solía comerse a los rivales vencidos, luego de una guerra.

En la actualidad los korowai son tranquilos, estos nómades por naturaleza utilizan hojas de plátano para cubrirse y son grandes cazadores, recolectores, horticultores y constructores debido a que tiene vínculos con la civilización occidental.

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