Internacional

“Yo soy Fidel”: el viaje final del líder de la Revolución cubana

La caravana con las cenizas de Fidel Castro emprendió su viaje de cuatro días a través de Cuba, desandando la histórica ruta de la Revolución cubana, ante hileras interminables de personas.

Cubanos saludan a la comitiva que transporta las cenizas del líder revolucionario Fidel Castro. (Foto Prensa Libre: EFE).

Cubanos saludan a la comitiva que transporta las cenizas del líder revolucionario Fidel Castro. (Foto Prensa Libre: EFE).

Cubierta por la bandera cubana, la urna de cedro con las cenizas de Fidel Castro partió desde La Habana sobre un armón adornado con flores blancas que arrastra un vehículo militar y se dirige hacia Santiago, en el oriente de la isla, donde sus restos serán inhumados el domingo, tras un viaje por casi un millar de kilómetros, que recorrerá 13 de las 15 provincias de Cuba.

“Yo soy Fidel”, “Todos somos Fidel” y “!Vida Fidel!”, gritaban cientos de miles de cubanos, que se apostaron a ambos lados de las calles por donde pasan los vehículos, para despedir al hombre que los gobernó por casi medio siglo, y que murió el viernes a los 90 años.

Obreros, estudiantes y médicos se emocionan, muchos hasta el llanto, al paso de los restos del padre de la Revolución cubana, que instauró un régimen comunista a menos de 200 km de Estados Unidos.

“Hemos llorado mucho desde que supimos la noticia. Al ver las cenizas a uno se le aprieta el pecho. He llorado por mi y por mis padres que también fueron revolucionarios y seguidores de Fidel”, señaló en la ciudad de Cienfuegos Orieta Cantero, quien espera la llegada de la caravana.

Kilómetros recorrerán las cenizas de Fidel Castro antes de llegar a Santiago de Cuba donde serán depositadas.

Altos dirigentes del gobierno y Dalia Soto del Valle, viuda de Fidel, asistieron a la solemne ceremonia militar de despedida de la comitiva, que desandará el camino que hizo el líder en enero de 1959 junto al resto de sus “barbudos”, en la llamada “Caravana de la libertad”.

“Desandar el camino revolucionario”

El último viaje de Fidel Castro está cargado de simbolismo. En 1959 un enérgico líder guerrillero de 32 años salió de Santiago de Cuba hacia La Habana, donde proclamó el triunfo de la Revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista. Este miércoles sus restos emprendieron un largo camino a la inversa por buena parte del país que Fidel Castro transformó con recetas de corte soviético, y en abierto desafío a Estados Unidos.

El cortejo hará su primera escala en Santa Clara, la ciudad donde está enterrado su compañero de armas y amigo Ernesto Che Guevara, a quien Castro conoció en 1955.

El argentino conquistó esa ciudad en diciembre de 1958, después de una dura batalla. Pocas horas después, Batista dejaba el gobierno y huía de la isla. Treinta años después de su muerte en Bolivia en 1967, el icónico ‘Che’ fue enterrado con honores en una ceremonia en Santa Clara encabezada por Fidel Castro.

La relación entre Castro y Guevara fue tan estrecha, que Castro llegó a admitir que soñaba con él años después de su muerte.

“Pasa el tiempo y, a veces, uno sueña con el compañero que murió, y lo ve vivo, y conversa con él”, dijo en la entrevista con Ignacio Ramonet, publicada en el libro Cien horas con Fidel.

Las cenizas de Castro serán depositadas finalmente el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, donde descansan los restos del también icónico José Martí, héroe de la independencia cubana.

Llanto y tristeza

“La gente ha sufrido la pérdida, pero todo el mundo está normal”, afirmó el trabajador de planificación urbana Alberto Rodríguez, desde una silla cerca del Parque Vidal de Santa Clara. “Poco a poco la gente se va acostumbrando a que ya no existe, pero se mantienen las mismas ideas”, agregó.

El taxista Reinier Pichardo, de 30 años, indicó que a pesar de no formar parte de la generación de Castro, sintió un “golpe muy duro” por su fallecimiento.

La caravana, conformada por siete vehículos, emprendió el recorrido por calles y avenidas de La Habana tomadas por miles de cubanos que con banderas, pañuelos y flores dieron el último adiós a su líder al grito de “Viva Fidel”.

Miles de personas siguieron desde las calles y los balcones de los viejos edificios de La Habana el recorrido del cortejo, mientras otros utilizaron sus teléfonos móviles para registrar con fotografías y videos el momento histórico.

Una decena turistas apostados en la proa de uno de los cruceros anclados en el puerto habanero contempló el paso del cortejo mientras un helicóptero militar vigilaba el aire el recorrido.

Tras el paso de la caravana y desbordados de emoción, muchos gritaron la emblemática consigna “¡Hasta la victoria siempre!”.

“Nosotros somos los que más lo sentimos. Tenemos muchos años luchando junto a Fidel”, dijo a The Associated Press César Hernández, un jubilado de 76 años, al reconocer que la generación que vivió las cinco décadas de revolución es la más afectada por el deceso del líder. Sin embargo, se mostró confiado en que los jóvenes le darán continuidad al proceso.

“Estamos dispuestos a seguir con esta revolución”, enfatizó Maday Gaeza, una informática de 27 años. “Nadie nos va a cambiar nuestras ideas, absolutamente nadie”, agregó.

Desde el malecón el carpintero René Mena, de 58 años, recordó que su madre lo había llevado de su casa al paseo, cuando era muy pequeño, para ver llegar a Castro a La Habana. El miércoles se cubrió con una bandera cubana y un gorro militar en la puerta de la misma vivienda, donde todavía reside, para saludar a la caravana. “Lo vi cuando entró y lo vi cuando salió. Es conmovedora una despedida. Las despedidas no son fáciles”, dijo a AP.

Antes del amanecer miles de personas comenzaron a aglomerarse en las calles y avenidas para despedir los restos de Castro.

“Hay que levantarse del piso. Hay que crecer para seguir adelante. El murió, pero sus ideas no han muerto”, indicó Lidia Hernández, una jubilada de 77 años, mientras esperaba la caravana sentada sobre un pequeño muro.

“Esta es la despedida del hombre más grande que ha dado el mundo”, dijo con los ojos llenos de lágrimas Dieta Santos, una jubilada 73 años, mientras sostenía con su mano derecha dos pequeñas banderas cubanas a la espera del paso del cortejo por la avenida del puerto.

El cortejo fúnebre parará en casi todas las provincias en las que Castro hizo escala en 1959 para afianzar la Revolución cubana.

Las cenizas serán depositadas finalmente el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago, donde descansan los restos del también icónico José Marti, héroe de la independencia cubana.

¿Quién nos cuidará?

Varios dirigentes de América Latina y África viajaron a Cuba para honrar a Fidel Castro, mientras Europa y Estados Unidos enviaron delegaciones de bajo perfil a excepción del primer ministro griego, Alexis Tsipras.

El presidente Barack Obama, que propulsó el histórico acercamiento de Estados Unidos y Cuba tras más de medio siglo de conflicto, estuvo representado apenas por su asesor adjunto de Seguridad, Ben Rodhes.

Hoy nos toca llevar la bandera del socialismo bolivariano, martiano y cristiano, dijo con tono grandilocuente el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien se definió como heredero de la Revolución cubana.

La luchas de Fidel, sus ideas, serán siempre. Quiero decirles que personalmente lo extrañaré, habrá una ausencia. ¿Quién me cuidará? ¿Quién nos cuidará? Estamos como nunca unidos para seguir luchando, señaló de su lado el mandatario boliviano Evo Morales.

Pero no todos los cubanos estaban de duelo ni fueron a la plaza. Joel, un instructor de educación física e 25 años, cree que la muerte de Fidel, aunque triste, puede traer buenos cambios en Cuba.

Yo soy fidelista, pero no comunista. Fidel me dio muchas cosas, una casa por ejemplo, pero la revolución me quitó muchas cosas también, explica.

Incertidumbre

La muerte de Fidel reaviva las preguntas que se iniciaron cuando se enfermó en el 2006: ¿Qué pasará con la revolución y, sobre todo, qué pasará una vez que Raúl Castro deje el poder en el2018, tal como prometió?

Pero también, ¿qué pasará ahora?

Si la muerte de Fidel resulta en un ritmo un poco más acelerado de reformas en Cuba, el acercamiento con Estados Unidos puede ser animado. Es una oportunidad para fortalecer la relación bilateral, pero mucho dependerá de lo que pasa dentro del gobierno cubano, comentó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de análisis de Washington.

Todos los dirigentes destacaron los logros de Fidel Castro en salud y educación. Pero su hermano Raúl deberá poner el foco en la economía de la isla, severamente castigada por la crisis en Venezuela, que redujo en un 40% el envío de petróleo subsidiado.

Y también la posibilidad de un acercamiento con Estados Unidos, que permita levantar el embargo a la isla, parece desmoronarse.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó este mismo lunes con cancelar el proceso de aproximación a Cuba, a menos que la isla acepte negociar un mejor acuerdo, tanto para los cubanos como para los estadounidenses.

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