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Clinton llega a recta final con clara ventaja sobre Trump

A dos meses de las elecciones presidenciales estadounidenses, la demócrata Hillary Clinton tiene una clara ventaja sobre su rival republicano Donald Trump.

La demócrata Hillary Clinton llega a la recta final con clara ventaja sobre Donald Trump. (Foto Prensa Libre: AFP).

La demócrata Hillary Clinton llega a la recta final con clara ventaja sobre Donald Trump. (Foto Prensa Libre: AFP).

La ventaja de Clinton es en casi todos los indicadores tradicionalmente usados para medir el éxito en las contiendas.       

Clinton está recaudando enormes sumas e inundando las ondas con anuncios televisivos. Un equipo sofisticado de datos con una historia de ganar la Casa Blanca está siguiendo meticulosamente a votantes en estados claves.

Clinton tiene además múltiples senderos hacia los 270 votos electorales necesarios para ganar en noviembre — tantos que ella pudiera perder Ohio y Florida y aún así convertirse en la primera mujer presidenta del país.       

Pero la campaña de Trump cree que existen bolsones de votantes dispuestos a ser persuadidos a no respaldar a Clinton.

Aunque Trump desperdició meses de oportunidades para ganar a esos votantes, su campaña llega al otoño confiada de repente en su capacidad para recuperar el terreno perdido.       

Los asistentes de Trump estaban disfrutando el viernes la publicación de las notas del FBI sobre las controversiales prácticas de mensajes electrónicos de Clinton cuando era secretaria de estado.

Su campaña planea salir del fin de semana blandiendo el reporte como advertencia sobre el carácter de la candidata demócrata.     


Lograr que Trump presente un argumento consistente contra Clinton ha sido una tarea hercúlea durante gran parte de la campaña.


Pero asesores dicen que el candidato es ahora más receptivo al enfoque más planeado de su nuevo equipo.       

“Hay una atención renovada en Hillary Clinton y sus problemas, lo que pienso ha sido beneficioso”, dijo Matt Borges, jefe del Partido Republicano de Ohio.

“Él tiene que sostenerlo por otro par de semanas”.       

Aún así, los asesores de Trump admiten que el millonario tiene que hacer más para lidiar con su propia impopularidad con votantes.       

La campaña de Trump no ha gastado dinero de las elecciones generales en anuncios positivos, biográficos, pese a tener suficiente efectivo para hacerlo.

Esfuerzos para resaltar un lado más agradable del candidato en la convención republicana fueron eclipsados muy pronto por sus propias meteduras de pata.

Además, al reiterar sus duras posiciones en el tema de inmigración, Trump ha seguido enfureciendo a los votantes hispanos, un creciente sector del electorado al que los republicanos están tratando desesperadamente de atraer.       

“El marcha contra una tendencia poblacional y una realidad demográfica”, dijo Steve Schale, estratega demócrata basado en Florida. 

Trump en Detroit

En tanto, el candidato republicano Donald Trump se dirigió a los afroestadounidenses el sábado desde una iglesia de Detroit, prometiendo empleos y esperanza a una comunidad negra que lo ve con desconfianza, y que apoya abrumadoramente a su rival demócrata Hillary Clinton.

“Estoy aquí para escuchar vuestro mensaje”, dijo Trump, en un discurso apaciguador  (“somos todos hermanos y hermanas”), que contrastó singularmente con los de sus mitines de campaña.

Con dificultades en las encuestas, el multimillonario inmobiliario de Nueva York ha tendido desde hace semanas la mano a las minorías, que mayoritariamente favorecen a su rival demócrata Hillary Clinton.

Según un sondeo del diario USA Today y de la Universidad de Suffolk publicado el jueves, solo el 4% de los electores afroestadounidenses lo apoyan.

Insistiendo sobre el derecho a vivir seguros “con un empleo bien pagado”, el multimillonario prometió otra política para reconstruir Detroit, con “fábricas por todas partes, escuelas”.

“Voy a hacer que las cosas se muevan para ustedes”, prometió, evocando “las tiendas cerradas, la gente sentada en las veredas sin empleo, sin nada que hacer”.

El candidato republicano se unió luego a la audiencia, tratando de seguir el ritmo de la música.

Un centenar de manifestantes se había nucleado para esperar al multimillonario hacia el mediodía frente a la iglesia.

“Trump no tendrá mi voto”, decía uno de los carteles que se agitaba en la muchedumbre.


En Detroit, muchos afroestadounidenses reconocen que sus condiciones de vida no mejoraron mucho durante los dos periodos que gobernó Barack Obama, el primer presidente afrodescendiente en la historia de su país, pero consideran que Trump, no es ni de lejos, el hombre providencial.


“Nosotros hemos estudiado el programa del partido republicano y lo hemos encontrado insuficiente. Hemos escuchado a su candidato y lo hemos encontrado indignante”, dijo Eric Williams, quien da talleres para pequeños empresarios afrodescendiente en el seno de la Universidad de Wayne State, de esta enorme ciudad del norte de Estados Unidos.

“No hay absolutamente nada que pueda hacer para mejorar su imagen entre la comunidad afroamericana”.

Su argumentación se resume en un frase: “¿Qué tienen que perder?”  frente a las cifras de desempleo, de pobreza y  criminalidad. Trump llamó a esta parte del electorado a romper con el voto tradicionalmente demócrata que, afirma, no cambió nada.  

Charelle, que rehusa dar su apellido, juzgó “absurdo” imaginar que Trump respondería verdaderamente a las inquietudes de su comunidad: “Es justo un pretexto para tomarse las fotos y decir: ¡Miren, no soy racista!”.

   

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