“Éste es un hito importante, pero hay seis estados que votarán el martes con millones de personas acudiendo a las urnas, y Hillary Clinton está trabajando para ganar cada voto”, dijo su jefe de campaña, Robby Mook, en un comunicado.
“Esperamos hasta el martes en la noche, cuando Hillary Clinton asegure no sólo una victoria en el voto popular, sino también la mayoría de los delegados comprometidos”, agregó.
En la acera de enfrente a Clinton la espera desde hace un mes su adversario republicano: el magnate inmobiliario Donald Trump.
Impulsada con victorias en los territorios de Islas Vírgenes y Puerto Rico el fin de semana, Clinton necesitaba pocos delegados para llegar a la meta de dos mil 383 necesaria para la investidura partidista.
El senador por Vermont Bernie Sanders, en tanto, marcha 800 delegados detrás, pero se ha negado a arrojar la toalla.
Horas antes de que la agencia estadounidense Associated Press difundiera su recuento, la exprimera dama expresó un resquicio de precaución, diciendo a periodistas en Compton, cerca de Los Ángeles, que la carrera “no se acaba hasta que se acaba”.
Más tarde, ante seguidores en un mitin en español e inglés en el poblado preeminentemente latino de Lynwood, Clinton dijo que “estaría profundamente honrada y sobrecogida” si el martes se torna en el “día de Hillary”.