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Según el periódico, en las pruebas británicas, que se llevarán a cabo una vez obtenidas las autorizaciones regulatorias pertinentes, 24 voluntarios serán inyectados con dos cepas de coronavirus más débiles que el Covid-19 (0C43 y 229E) y aislados durante dos semanas.
Los voluntarios permanecerían en cuarentena en el laboratorio de Hvivo en el Queen Mary BioEnterprises Innovation Centre, donde los expertos vigilarían sus síntomas, parecidos a los de un catarro, y les administrarían nuevos antivirales para probar su eficacia.
Según los medios, el objetivo es desarrollar una vacuna que pueda ofrecerse a la gente mayor y vulnerable el próximo invierno, puesto que es improbable que se consiga un antídoto en el futuro inmediato.