LE PUEDE INTERESAR
Añadió: “Generamos una vacuna con nanopartículas del tamaño de un virus, pero no es un virus. De hecho, no infecta al organismo, sólo engaña al sistema inmune para hacerle creer que se trata del SARS-CoV-2”.
La publicación añade que para crear esta tecnología, el investigador universitario desarrolló partículas que se auto ensamblan y son del tamaño de un virus.
Cubren estas partículas con proteínas del coronavirus (como si fuera un disfraz) y al entrar al organismo, el sistema inmune la reconoce como un agente extraño y produce anticuerpos para contrarrestarlo.
“En realidad no es el microorganismo infeccioso, sino un virus artificial que tiene la geometría y tamaño exacto del virus del SARS-CoV-2”, explicó.
La nanovacuna es segura, no tiene ningún otro componente que pudiera afectar al organismo humano y no posee ácidos nucleicos, es decir, material genético del virus real.
“Esta tecnología es completamente puma, 100 por ciento mexicana y nadie más puede utilizarla porque tenemos la patente”, afirmó Vaca Domínguez.
Cinco proyectos
Actualmente trabajan en cinco diferentes tipos de vacunas. “Queremos tener un amplio repertorio, no queremos apostarle a una sola, sino a varias, ya que no sabemos cuál va a funcionar”, añadió.
Según los impulsores del proyecto, esta vacuna posee diversos beneficios.
El primero es que, de ninguna manera infecta a un organismo humano, porque no contiene un virus atenuado como se usa en las fórmulas tradicionales. Además, este virus atenuado en algún momento podría revertirse y producir la enfermedad.
La segunda ventaja es que no necesita refrigeración, ya que cualquier vacuna requiere temperaturas muy bajas, conocida como cadena fría.
“Nuestro sistema no es como las vacunas tradicionales, sino que es muy estable. De hecho, hemos mantenido nuestras vacunas a temperatura ambiente hasta cinco o 10 años y el producto sigue siendo muy eficiente”, aseguró Vaca Domínguez.
Proceso más económico
La nanovacuna universitaria maneja un costo de distribución y almacenamiento aproximadamente 70 por ciento más económico que las usadas por las farmacéuticas.
Esta plataforma no sólo se aplica para el coronavirus, también funciona para otros tipos de enfermedades, porque se trata de virus artificiales. Por ejemplo, para circovirus e influenza aviar.
Pasos para su producción
La producción de una vacuna tiene varios pasos, desde que empieza a nivel experimental hasta que se distribuye en farmacias.
En el proceso, debe obtener un registro sanitario y demostrar que la vacuna es eficiente y no causa algún daño.
Actualmente, en la UNAM buscan recursos para obtener los registros sanitarios de forma rápida, ya que ha sido un proceso difícil ante algunas instituciones. Luego sigue la fase de escalamiento, es decir, que puedan producir la vacuna a escala mayor.