“Es importante subrayar que el descubrimiento no significa que haya un depósito comercialmente viable de diamantes, ni siquiera que en efecto haya diamantes”, señaló a los medios británicos el geólogo Robert Larter.
El trabajo publicado en la revista británica está firmado por un grupo de investigadores liderado por Gregory Yaxley, de la Universidad Nacional de Australia.
El estudio señala que dadas las “inmensas dificultades” que supone la extracción de cualquier mineral en una región permanentemente helada “no parece probable que hubiera excesiva oposición” a ampliar la prohibición de excavar en la región más allá de los actuales tratados.
Los diamantes se forman a partir de carbono puro, gracias al calor y las presiones extremas que sufren a 150 kilómetros de profundidad en la corteza terrestre.