Correa, en el poder desde enero de 2007, también tomó juramento a la exgobernadora de la provincia costera del Guayas (suroeste), Viviana Bonilla, nombrada secretaria de Gestión de Política en reemplazo de Betty Tola.
El gobernante reajustó el gabinete después de que su movimiento Alianza País perdiera importantes alcaldías en los recientes comicios como la de Quito, principal bastión del oficialismo que pasará a manos del abogado de centro derecha Mauricio Rodas.
Bonilla no pudo captar la alcaldía del puerto de Guayaquil (capital del Guayas), donde el derechista y opositor Jaime Nebot fue reelecto hasta 2019.
“Las últimas elecciones nos enseñaron lo vulnerable que todavía puede ser nuestro proceso. Tuvimos, pese a la décima victoria electoral (en línea), importantes reveses”, manifestó Correa durante la posesión.
Después del traspié electoral, el presidente había señalado que “hay que renovarse o morir. Nos dedicamos mucho a la gestión y poco a la política”.
Atribuyó los reveses al “sectarismo” de Alianza País, lo que según él impidió sellar acuerdos electorales con movimientos afines.
Entre los nuevos funcionarios figuran el coronel Rommy Vallejo (secretario de Inteligencia) y Fernando Cordero (ministro coordinador de Seguridad).