En medio de una gran expectación, Riad se convirtió en el escenario de una esperada primera toma de contacto entre los pesos pesados de las administraciones de Donald Trump y Vladímir Putin, unas delegaciones que fueron encabezadas por los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y de Rusia, Serguéi Lavrov.
El encuentro fue valorado por ambas partes de “positivo” y se centró en analizar las vías para levantar las “barreras artificiales” en las relaciones diplomáticas entre ambos países y nombrar embajadores, algo que fue calificado por Lavrov como “el primer y más urgente acuerdo” alcanzado durante la reunión.
El objetivo de estas negociaciones, explicó el ruso, es “poner fin, de una vez por todas, a estas dificultades que realmente entorpecen el desarrollo normal” de las relaciones entre las dos superpotencias.
Así, acusó a la Administración del presidente estadounidense Joe Biden de obstaculizar “significativamente” el trabajo de las legaciones diplomáticas rusas “con expulsiones interminables” de sus diplomáticos a las que Moscú se veía “obligado a responder”.

