Activistas de colectivos antirracistas y representantes de diversos movimientos sociales se congregaron en las afueras del supermercado de la red francesa Carrefour en el exclusivo barrio de Boa Viagem de Recife, capital del estado de Pernambuco.
Los manifestantes pintaron la fachada del local y de algunas patrullas de la Policía con mensajes alusivos a la muerte de Silveira Freitas, conocido como Beto, intentando después entrar al establecimiento, lo que condujo a la intervención policial con gases lacrimógenos y a la detención de una activista.
El concejal Vinicius Castello, de la ciudad de Olinda y miembro de la Comisión de Valores Raciales de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) en Pernambuco, indicó a Efe que las movilizaciones en todo el país son “para poder reivindicar que nuestras vidas importan”.
“Estábamos aquí pacíficamente y la Policía llegó al final de la protesta. Acabaron deteniendo una activista, que es madre. Pero estamos juntos, cada vez más articulados”, apuntó Castello.
El abogado y concejal, también activista del movimiento homosexual en Brasil, reiteró que mientras se sigan presentando este tipo de “asesinatos”, la población continuará “resistiendo dentro de una política genocida, dentro de un Estado genocida”.
“La mayoría del pueblo es negro y los políticos negros tenemos que llegar al poder para reivindicar ese espacio y que estén atentos para que no ocurra más esto”, puntualizó.
Otras muertes violentas
La muerte del soldador evocó otras asociadas al racismo, como la del estadounidense George Floyd a manos de dos policías blancos en mayo y que dio la vuelta al mundo.
En Brasil, recordó a dos sucesos acaecidos en Río de Janeiro recientemente: el de Joao Pedro, un adolescente de 14 años asesinado en mayo durante una intervención de la policía, y el del músico Evaldo Santos, en un operativo del Ejército en 2019.
Las autoridades de Porto Alegre detuvieron a los dos guardias de seguridad que golpearon hasta la muerte al cliente, quien supuestamente había tenido una discusión con una cajera por abrir una cerveza y fue retirado hasta el portón, donde se presentó la brutal agresión al parecer después de él intentar darles un puñetazo.
La jefa policial Roberta Bertoldo, responsable de las investigaciones, declaró que la agresión no fue un acto de racismo y que los responsables deberán responder ante la Justicia por el cargo de homicidio.
Uno de los guardias implicado era policial militarizado de la parte administrativa, según fuentes policiales, por lo que, supuestamente, no podría trabajar para empresas privadas de seguridad.
El Carrefour se manifiesta
En respuesta a Efe, Carrefour Brasil calificó el 20 de noviembre, día del fallecimiento de Silveira, que coincidió con el Día Nacional de la Conciencia Negra, una fecha institucionalizada para combatir el racismo, como “el más triste de la historia” de la red francesa en el país.
“Palabras no expresarán nuestra angustia con la brutalidad”, resaltó la red, quien reiteró el “apoyo” a la familia del soldador, sepultado este sábado en un cementerio de Porto Alegre, y anunció que la recaudación de este sábado será destinada a programas sociales de combate al racismo.
Bolsonaro omite el caso en el G20
Sin citar la muerte de Silveira Freitas, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se refirió este sábado indirectamente a las protestas durante su intervención virtual en la Cumbre de Líderes del G20, que reúne a las 20 economías mundiales más pujantes.
En lo que juzgó como “un intento de importar tensiones ajenas a la historia” del país, el líder de ultraderecha citó: “Brasil tiene una cultura diversa, única entre las naciones. Somos un pueblo mezclado: blancos, negros e indios edificaron el cuerpo y el espíritu de un pueblo rico y maravilloso”.