En el caso de los países en vías de desarrollo, Gilead indicó que ha alcanzado varios acuerdos con productores de medicamentos genéricos para poder ofrecer el tratamiento a un precio más reducido y facilitar acceso a él en todo el mundo.
En Estados Unidos, desde que en mayo se aprobó de emergencia el uso de Remdesivir para enfermos de coronavirus, los hospitales han estado usando dosis donadas por Gilead, que a partir de julio comenzará a cobrar por el medicamento.
En su país, Gilead ha decidido fijar el mismo precio de 390 dólares por vial para los programas de sanidad pública como Medicare, mientras que para los privados -los más habituales en Estados Unidos- será de 520 dólares, lo que supone un precio de 3 mil120 para el tratamiento más habitual, que consta de seis dosis, y de 5 mil 720 dólares para el más largo, mucho menos común.
El precio superior para los programas privados se deriva de que habitualmente en EE.UU. los programas públicos reciben descuentos en los medicamentos con respecto al precio del mercado.
En una carta abierta, la empresa explicó que quería evitar negociar el precio del Remdesivir país por país y asegura que lo fijó teniendo en cuenta la situación de los países desarrollados con menos capacidad adquisitiva y claramente “por debajo” del valor que el medicamento ofrece.
Según Gilead, estudios han mostrado que de media los pacientes tratados con este fármaco pasan hospitalizados cuatro días menos, lo que supone un importante ahorro para los centros.
El Remdesivir, una terapia experimental que empezó a desarrollarse en 2009 y se puso a prueba con pacientes del ébola a mediados de la década pasada, se ha autorizado de emergencia para el coronavirus SARS-CoV-2 porque un ensayo clínico estadounidense mostró que ese fármaco acorta el tiempo de recuperación en algunos pacientes.
En Europa, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) recomendó autorizar el medicamento para el tratamiento del covid-19 en adultos y adolescentes de más de 12 años con neumonía.
El Remdesivir es un antiviral que ralentiza la producción de nuevas partículas de virus y, como resultado, una infección viral se desarrolla con menos rapidez y los pacientes en estado grave se recuperan una media de cuatro días antes de lo habitual, según un amplio estudio llevado a cabo en Estados Unidos.