Internacional

El Papa abandona Bangui y pone fin a viaje por África

El papa Francisco abandonó este lunes la República Centroafricana con destino a Roma y puso fin a su primer viaje oficial a África, que durante seis días le ha llevado también a visitar Kenia y Uganda.

El avión papal despegó poco después de las 12.35 hora local  (11.35 GMT) , tras una breve ceremonia de despedida oficial en el aeropuerto internacional de MPoko de Bangui, en presencia de las autoridades de la transición y de los obispos centroafricanos.

Su visita a República Centroafricana, adonde llegó el domingo recién pasado, ha exigido medidas de seguridad extraordinarias debido al conflicto que mantienen desde hace dos años milicias cristianas y musulmanas, enfrentamiento que ha costado la vida a miles de personas.

El Sumo Pontífice ha llevado un mensaje de “paz”  y “reconciliación”  a los tres países africanos que ha visitado, donde la violencia y la falta de respeto a los derechos humanos es habitual, pero especialmente a República Centroafricana.

En un país donde los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes han provocado la muerte de miles de centroafricanos y el desplazamiento de cerca de un millón, la mitad refugiados en países vecinos, Francisco reclamó el “diálogo”  para la reconciliación entre ambas comunidades.

Se espera que el avión del Pontífice, el “Shepherd One”   (“Pastor Uno”) , aterrice en el aeropuerto Ciampino de Roma sobre las 18:45 horas locales  (17:45 GMT) .

Visita mezquita

El Papa se aventuró a visitar un volátil barrio musulmán de la capital de República Centroafricana el lunes y llevó su mensaje de reconciliación a la principal mezquita de Bangui, insistiendo en que cristianos y musulmanes siempre han convivido en paz en la ciudad y que la religión nunca puede justificar la violencia.       

Bajo fuertes medidas de seguridad, Francisco cruzó en el barrio PK5, de donde los musulmanes que residen en el llevan meses sin salir por la presencia de combatientes de una milicia cristiana que rodean su perímetro.

El Papa realizó el trayecto en su papamóvil descapotable pese a los riesgos de seguridad.

Las fuerzas de paz de la ONU montaban guardia en los minaretes de la mezquita.       

La visita de Francisco proporcionó de inmediato un mayor sentido de libertad en la zona sitiada. Por lo que hasta el día anterior había sido tierra de nadie que separaba en enclave musulmán del resto de la ciudad, miles de personas cruzaban coreando “la guerra ha terminado” en el idioma local sango tras la partida del Pontífice.

Algunos siguieron a la comitiva papal hasta el recinto deportivo donde oficiará la última misa antes de regresar a Italia.      
Francisco había insistido en visitar el barrio PK5 para hacer un llamado a la paz en un país cuya capital está dividida tras casi dos años de violencia sectaria entre cristianos y musulmanes.

Casi un millón de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Los mercados del enclave, en su día vibrantes, están ahora cerrados casi en su totalidad, y muchos de los negocios propiedad de musulmanes están en ruinas.       

Unos 200 hombres sentados en el interior de la mezquita dieron la bienvenida a Francisco, que se sentó en un sofá. En comentarios al imán del templo, el Pontífice insistió en que los musulmanes y los cristianos son hermanos y deben comportarse como tal.

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