La Santa Sede reconoció también “el buen estado de las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la República Argentina” así como la “positiva contribución” de las instituciones católicas argentinas a “la promoción humana” y “a la formación de las nuevas generaciones”, recalca la nota.
“Fue un encuentro entre dos viejos conocidos”, aseguró a la Prensa por su parte el presidente argentino, líder de la alianza de centroderecha Cambiemos, quien fue alcalde de Buenos Aires (2007-2015) cuando el futuro papa ejercía como arzobispo de la capital.
El encuentro de 22 minutos de duración, relativamente breve con respecto a otras citas con mandatarios latinoamericanos, marca el inicio de una nueva etapa de las relaciones entre Argentina y la Santa Sede y entre el papa y Macri, que en el pasado tuvieron diferencias sobre temas sensibles, como aborto y unión entre personas del mismo sexo.
Macri, que considera a Francisco “el argentino más importante de la historia del país”, reconoció que espera el apoyo de la Iglesia para “recuperar la cultura del trabajo” y mejorar “la educación pública” .
El papa, quien en sus casi tres años de pontificado no ha visitado su país natal, reiteró a Macri que este año “no puede” viajar a Argentina.
“Va a ir lo antes posible” , contó el mandatario.
Francisco, un gusto
Francisco recibió a Macri con un “buenos días señor presidente, cómo le va?”, en la puerta de su biblioteca privada, en el tercer piso del palacio apostólico, para el encuentro a puerta cerrada.
Por su parte el presidente respondió: Cómo está Francisco, un gusto“. Al contrario de lo que ocurría con su predecesora, Cristina Fernández, a la que el Papa solía recibir en la residencia privada papal, la Casa Santa Marta, la cita con Macri fue muy seria y formal, según constataron los periodistas presentes.