En imágenes que han sido ampliamente difundidas en internet se observa cómo Melania al descender del avión va tomada de la mano del presidente, sin embargo este la suelta para saludar a algunos simpatizantes.
De nuevo Melania hace el esfuerzo por tomar nuevamente la mano de su esposo quien en un gesto un tanto extraño se la toma para aplaudir con ella durante apenas unos segundos y enseguida la suelta.
La escena se suma al “desplante” que los medios estadounidenses difundieron el primer día que Trump asumió la presidencia consistente en una escasa cortesía que tuvo con ella durante su primera visita a la Casa Blanca.
La del sábado pasado fue la primera aparición pública de la primera dama después del día de la toma de posesión de Donald Trump.
La exmodelo de 46 años encantó a la multitud pro-Trump que asistió a la investidura con su vestido y abrigo de cachemira celeste cielo con reminiscencias de Jackie Kennedy. Muchos interpretaron que la madre de Barron, su hijo de 10 años con Donald Trump, estaba deseosa de ocupar su nuevo rol.
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Este es el video que ha dado mucho que comentar en las redes sociales
Sin embargo hasta el sábado, había sido vista última vez al lado del presidente el 21 de enero en un servicio interreligioso.
Cuando Trump hizo el anuncio de su elegido para la Suprema Corte se notó su ausencia, luego de que tanto el vicepresidente Mike Pence como el designado para dicho cargo Neil Gorsuch llevaron a sus esposas. Los hijastros de Melania, Donald Jr. y Eric viajaron desde Nueva York para ese acto.
Ese día, el presidente fue acompañado por su hija Ivanka en un viaje a Delaware para rendir honor a un agente especial de la Marina caído en combate. Ivanka, a diferencia de su madrastra, se ha mudado a Washington con sus tres hijos y su esposo Jared Kushner, asesor de la Casa Blanca.
Consultado en diciembre si se sentirá solo en la Casa Blanca, el entonces presidente electo Donald Trump dijo a Fox News: “No, estaré trabajando”.
Los estadounidenses están acostumbrados a tener una primera dama activa y visible. Nunca en tiempos modernos una primera dama ha evitado mudarse a la Casa Blanca enseguida tras la investidura.
“Ciertamente no hemos visto un fenómeno como este, cuando la primera dama retrasa al menos durante meses su mudanza a la Casa Blanca”, dijo Katherine Jellinson, profesora de historia de la Universidad de Ohio.
