La primicia, que la Santa Sede desmintió enseguida, se suma a una serie de escándalos que provocaron cierto malestar en el microestado, mientras acoge a cientos de prelados de todo el mundo para abordar la situación de la familia.
Un cura polaco, miembro de la Curia, que anuncia su homosexualidad y presenta a su novio ante la prensa, una gran parroquia de Roma llena de rumores sobre las tendencias homosexuales de varios de sus clérigos…
Días después, la divulgación de una carta privada enviada al papa por un grupo de cardenales opuestos a su política de apertura recordó el ambiente de intriga que rodeó el escándalo “Vatileaks” en 2012, cuando el mayordomo del papa Benedicto XVI reveló las feroces disputas en el seno de la curia y los presuntos fraudes cometidos por la administración vaticana.
Poco antes, la revelación de un rápido encuentro en Washington entre el papa y Kim Davis, símbolo de los opositores al matrimonio homosexual, también llevó a algunos a hablar de manipulación.
Más que un complot urdido por un solo grupo, todo esto muestra, sobre todo, “un malestar más heterogéneo y difuso”, según Massimo Franco, editorialista del Corriere della Sera.
Más humano
El autor de la presunta exclusiva sobre el tumor intentó sembrar dudas sobre las palabras y los gestos del papa, y hacer creer “que actúa así porque está enfermo, porque su cerebro tiene algo que no funciona”, añadió Franco.
“Parece que se quiere desacreditar al papa Francisco”, opinó Romilda Ferrauto, una de las portavoces del sínodo, tras el artículo sobre el tumor.
El cardenal Walter Kasper, figura del ala más liberal del sínodo, denunció en la prensa italiana “un burdo intento de condicionar la labor” de la asamblea, donde los esfuerzos de apertura del papa se topan con una firme oposición de los prelados más conservadores.
“Pero no lo conseguirán. Nadie logrará manipular al Santo Padre ni al conjunto de los padres sinodales”, que pueden comprobar la buena salud del papa en cada sesión, explicó.
“Vemos cada día al papa, y les aseguro que no da en absoluto la impresión de estar enfermo. Siempre está moviéndose, lleno de energía, ¡casi podríamos decir que trabaja demasiado”, insistió.
El miércoles, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ya había hecho declaraciones similares: “Si han corrido tras él durante sus viajes, saben” que está en forma. “Tiene algunos problemas en las piernas, pero parece que la cabeza funciona perfectamente”, dijo.
El director del Quotidiano Nazionale, Andrea Cangini, defendió la información publicada por su diario. “Nunca hemos pensado llevar a cabo una campaña o entrar en las dinámicas entre enemigos y partidarios de Francisco. Sólo encontramos una pista, la seguimos (y) hemos escrito la verdad”, afirmó al periódico La Stampa.
“Y este caso no debilitará la figura del papa. La volverá aún más humana y cercana a la gente”, aseguró.