Número mágico: 270
En la cúspide de una carrera política que se remonta a cuando fue primera dama de Estados Unidos o más atrás, como una joven activista contra la guerra de Vietnam, Hillary Clinton es respetada pero malquerida.
Empresario y exestrella de televisión, sin haber sido electo nunca, Donald Trump fue el invitado sorpresa a la campaña electoral: interpretando como nadie -y contra los pronósticos de todos- las frustraciones e inseguridades de los estadounidenses en un mundo en mutación, que sacudió al establishment de su partido.
Antiinmigrante y sexista, impulsivo y corrosivo, marcó para siempre un estilo de hacer campaña política.
Después de 693 días –23 meses — de drama, insultos, escándalos y más escándalos, unos 225 millones de estadounidenses están llamados a decidir quién de los dos será el presidente 45 de Estados Unidos.
Exonerada por el FBI de una investigación sobre el uso de un servidor privado de correos electrónicos cuando era jefa de la diplomacia (2009-2013) , Clinton ha recuperado terreno en los sondeos.
Según el promedio de encuestas nacionales de Real Clear Politics, la demócrata marcha adelante, 3,2 puntos porcentuales sobre el republicano.
El ganador necesita llegar al número mágico de 270 votos electorales, en este complejo sistema de votación híperdescentralizado, que será observado, por primera vez, por la OEA.
Según un modelo matemático de proyección elaborado por la red de televisión NBC, Clinton ya tendría asegurados por lo menos 274 votos en el colegio electoral.
En tanto, el sitio web especializado FiveThirtyEight aumentó las probabilidades de que Clinton gane la elección a 70,8%, contra 29,2% para Trump.
Los primeros resultados empezarán a caer a partir de las 00H00 GMT cuando los centros de votación cierren en Georgia, Carolina del Sur, Vermont, Virginia, Indiana y Kentucky.
Las aspiraciones presidenciales de Trump se esfumarían si pierde Georgia, un estado tradicionalmente republicano; Clinton estaría en problemas si Virginia, donde Obama ganó en el 2012, se le escapa.
Media hora después, las sorpresas podrían venir de Ohio, territorio demócrata con 18 votos, y Carolina del Norte, que tiende a entregar sus 15 votos al bando republicano. Este año ambos podrían inclinarse por un lado o el otro.
Pero todas las miradas se posarán sobre Florida, un estado diversificado de latinos, jubilados y blancos conservadores que otorga un premio gordo de 29 votos electorales.
Además de la elección presidencial, los demócratas intentarán arrebatar la mayoría del Senado (54 de 100 curules) de los republicanos, mientras que la Cámara de Representantes deberá permanecer, salvo una gran sorpresa, en manos de los conservadores.