DSK, como se le llama en Francia, que fue uno de los hombres más poderosos del mundo, se encontrará el lunes en el banquillo de los acusados junto a otras trece personas, empresarios, un abogado, un policía y un proxeneta apodado ‘Dodo la Saumure’ (Dodo la Salmuera).
Durante el proceso, que durará tres semanas y será seguido por los medios de comunicación de todo el mundo, se revelarán detalles sórdidos del caso, llamado ‘del hotel Carlton’.
Se espera que DSK asista este lunes a la apertura del proceso en el tribunal de Lille, pero atestiguará sólo la semana próxima. La defensa de DSK se mantuvo silenciosa antes del proceso, pero su posición no cambió durante la instrucción: DSK era adepto del libertinaje, no de las prostitutas, e ignoraba que las mujeres que participaban en las fiestas lo eran.
Su abogados denunciaron un “encarnizamiento” de los jueces, que “no se basa en un análisis jurídico de los hechos” sino en una “motivación ideológica, política, moral”.
Quieren “hacernos creer que es ingenuo”, responde, por su parte, ‘Jade’, una de las prostitutas que declaró durante la investigación. El abogado de ‘Jade’, Gérald Laporte, previó pedir que las audiencias sean a puertas cerradas. El tribunal responderá inmediatamente después de iniciado el proceso. Los jueces pueden aceptar la petición, negarlo u otorgar parcialmente la sesión a puertas cerradas.
– “El rey de la fiesta” –
Strauss-Kahn se ha convertido durante el curso de la instrucción en uno de los personajes centrales de este caso de proxenetismo iniciado en hoteles de lujo de Lille.
Después del escándalo del Sofitel de Nueva York y casi tres años después de su inculpación por los jueces de Lille, el exjefe del FMI deberá enfrentar nuevamente la exposición en público de sus costumbres sexuales, que le costaron su carrera política.
La Fiscalía había pedido el sobreseimiento de DSK, pero los jueces de Lille estimaron que no podían ignorar la condición de prostitutas de las mujeres que le eran presentadas en fiestas libertinas. Los jueces le reprochan, asimismo, haber sido el “eje” y el “rey de la fiesta” de esas veladas, indicó una fuente judicial.
El caso empezó en 2011. La Policía judicial de Lille investigaba entonces las frecuentaciones del hotel Carlton y del hotel Tours, a los que René Kojfer, encargado de relaciones públicas, hacía venir prostitutas para algunos clientes. La vigilancia policial hizo aparecer, poco a poco, nombres, entre ellos el de Dominique Strauss-Kahn. Detenido para interrogatorio, Kojfer fue el primer inculpado, el 7 de octubre de 2011.
“Hay un desfase, una incomprensión verdaderamente grande entre la definición jurídica ‘stricto sensu’ y la realidad de las cosas”, alegó su abogado, evocando relaciones “entre adultos con consentimiento” y afirmando que su cliente “no cobró nunca ni un céntimo”.
A partir de Kojfer, la policía descubrió una red de notables sospechosos: Emmanuel Riglaire, abogado de Lille, David Roquet, exjefe de una filial de la empresa de obras públicas Eiffage, y Fabrice Paszkowski, empresario especializado en el material médico. Los dos últimos formaban parte de un círculo libertino. A ellos se unieron el policía Jean-Christophe Lagarde, director de seguridad departamental, y Dominique Strauss-Kahn.
Según la acusación, todos ellos se reunían en fiestas libertinas en el norte de Francia y en París, pero también en Washington, ciudad hacia la que se organizaron tres viajes cuando DSK dirigía el FMI.
En una investigación que será difundida este lunes por la cadena de televisión Canal+, se afirma que el caso del Carlton fue objeto de nueve meses de escuchas, autorizadas por el despacho del primer ministro francés, entre junio del 2010 y febrero del 2011.