Brutto entró por primera vez a la universidad en 1939, cuando la matrícula costaba 50 dólares. Fue llamado a servicio militar en 1942, en el Cuerpo de la Fuerza Aérea hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Se reinscribió en 1946, pero no pudo finalizar porque debía cuidar de su esposa enferma. Brutto, maquinista comercial, dijo que graduarse siempre fue algo importante para él.
En tono de broma dijo que tomaría un descanso antes de intentar conseguir la maestría.