Paul Mutora, de 24 años, intentó suicidarse tomando insecticida tras una disputa familiar.
Al hombre se le administró un medicamento para disminuir su ritmo cardíaco nada más ser trasladado a urgencias. Esto podría “haber inducido al error al personal” que le consideró muerto y le trasladó a la morgue, indicó el médico.
Al día siguiente, el equipo médico escuchó ruidos procedentes del “cadáver” de la morgue y al constatar que el hombre estaba despierto, los sanitarios huyeron aterrorizados.
“Ha sido mi error desde el primer momento, pido perdón”, declaró el hombre que se encuentra convaleciente.