Las primeras informaciones conocidas en ese momento apuntaron a un atentado del cartel de Medellín, que entonces era la principal banda de narcotráfico del mundo y libraba una guerra contra el Estado colombiano mediante ataques terroristas.
Una semana después de la tragedia, la Aeronáutica Civil de Colombia dijo que las investigaciones confirmaban la presencia de rastros de explosivos.
Además, integrantes del cartel de Medellín se atribuyeron el atentado en medio del ambiente de terror que entonces se vivía en Colombia con múltiples ataques con explosivos contra medios de comunicación y dependencias estatales, y atentados selectivos contra dirigentes políticos.
Un integrante del cartel de Medellín, Carlos Alzate, alias “Arete”, dijo que el atentado fue cometido porque se creía que en ese avión viajaría César Gaviria, quien ganó las elecciones presidenciales de 1990 y gobernó hasta 1994.
Otro integrante del cartel de Medellín, John Jairo Velásquez, alias “Popeye”, también aseguró que se trató de un atentado ordenado por esa banda.
Argumentos de Richard Hahn
En el primer capítulo de su investigación, “El Espectador” señaló que las autoridades colombianas catalogaron lo ocurrido como un atentado terrorista basadas en los argumentos de Richard Hahn, un agente del FBI que fue enviado por Estados Unidos a Bogotá dos días después de la tragedia.
“(Hahn) concluyó tajantemente, sin recibir aún los resultados de las pruebas, que aquello había sido una bomba. Para él eran evidentes las marcas de la explosión en un trozo del fuselaje y los metales floreados aledaños a la silla 15F. Aseguró que su experiencia con explosivos era suficiente para extraer esa conclusión a simple vista”, señaló “El Espectador”.
Sin embargo, el diario agregó que Hahn admitió después “que se había extralimitado en sus análisis sobre el caso del avión de Avianca” y que peritos que indagaron sobre la vida del agente concluyeron que en otros casos “había realizado deducciones que 'estaban más allá de su experiencia'”.
“Pudo haberse tratado de un accidente. Aparecen muchos huecos en la historia que estábamos convencidos. Yo no soy capaz de decir cuál es cierta y cuál no, pero hay una historia paralela que nunca nos contaron”, dijo a la cadena de radio RCN el director de “El Espectador”, Fidel Cano.
“Hay algunos testimonios del cartel (de Medellín) que insiste en que sí hicieron el atentado, pero ahí hay muchas razones para pensar que pudo haber sido un accidente, hay accidentes similares”, agregó el periodista, cuyo padre, Guillermo Cano, fue asesinado hace 30 años por el cartel de Medellín cuando era director de “El Espectador”.
El abogado de varias de las personas que murieron en la tragedia del avión, Federico Arellano, dijo a RCN que recibe “con prevención y con beneficio de inventario” la nueva hipótesis periodística sobre la tragedia.
“En esta tesis (la del atentado) coincidimos muchas esquinas, hasta la de los mismos bandidos. Incluso se caería la estructura testimonial de alias 'Popeye' y alias 'Arete' y de muchos que incluso se han auto incriminado”, dijo Arellano.
El abogado también recordó que ese caso fue considerado en el 2009 como un crimen de lesa humanidad, con el objetivo de que no prescribiera con el paso del tiempo y para que los muertos fuesen considerados víctimas del conflicto en Colombia.