Convencido de que el ladrón le robó el teléfono cuando compartían un taxi, Zou envío mensajes de texto amenazantes dirigidos al ladrón.
“Sé que estaba sentado al lado mío. Puedo asegurar que lo encontraré. Mire en los contactos del teléfono y verá con quién está tratando…”, escribió.
Zou Bin trabaja en efecto en el sector de los bares, que en China tiene fama de mantener relaciones con las bandas criminales.
“Si tiene un poco de sensatez, reenvíe el teléfono a la dirección siguiente”, advirtió.
Unos días después, recibió un pequeño paquete con su tarjeta SIM y 11 páginas de papel en las que estaban inscritos todos los números grabados en su teléfono, indicó Xinhua, que señaló que Zou Bin se quedó “de piedra” .
“Ha tenido que emplear muchísimo tiempo para escribir uno por uno los 1 mil contactos, los nombres y los números.
Me imagino que se le habrá inflado la mano”, comentó Zou, citado por la agencia de prensa.
Zou supone que el robo se desarrolló a principios de noviembre, en algún lugar entre Yiyang y Changsha, en la provincia de Hunan (centro).
Internautas chinos rendían homenage el lunes al esfuerzo del ladrón de iPhone.
Algunos le apodaban “la conciencia de toda la corporación (de ladrones)”.