“Tomé la decisión de hacer una pausa temporal. Ya fijé una fecha para las próximas conversaciones: el 25 de febrero”, añadió el diplomático de la ONU, aunque aseguró que esto no significa que las negociaciones hayan “fracasado”. “Ambas partes quieren que comience un proceso político”, aseguró.
Sin embargo, la oposición siria aseguró que no regresará a Ginebra hasta que sus exigencias humanitarias sean satisfechas.
“La delegación del Alto Comité de Negociaciones (ACN) se irá de Ginebra el jueves y no regresará hasta que sus exigencias humanitarias sean satisfechas, o que haya algo concreto en el terreno”, dijo el coordinador general de la oposición, Riad Hijab, en una conferencia de prensa.
Además del cese de los bombardeos, la oposición reclama la liberación de los detenidos y el levantamiento de los asedios de una docena de ciudades sirias, donde, según la ONU, cerca de 500 mil personas viven en estado de sitio.
Un cargamento de ayuda médica y alimentaria logró entrar el miércoles en la ciudad de Muadamiyat al Sham, cerca de Damasco, asediada por las fuerzas del régimen sirio, anunció un responsable del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) .
Las negociaciones de Ginebra tenían como objetivo iniciar un diálogo, aunque sea indirecto, entre el régimen sirio y a la oposición, para intentar poner fin a casi cinco años de un conflicto que ha dejado más de 260 mil muertos y millones de refugiados.
Pero las conversaciones jamás lograron despegar, pese a la presencia en Ginebra de las delegaciones del régimen y de la oposición.
Guerra sin tregua
El proceso había “iniciado” el pasado viernes con la llegada de la delegación del régimen de Damasco, que se entrevistó con De Mistura en el Palacio de las Naciones.
La oposición, que llegó a Suiza al día siguiente tras varios días de vacilación, se reunió a su vez con el emisario de la ONU el lunes, pero se negó a entrar en un proceso de negociación al no cumplirse sus exigencias humanitarias.
Pero, desde que inicio del proceso de Ginebra, no se ha observado ninguna señal de tregua o mejora en el terreno. Todo lo contrario.
El régimen sirio, apoyado por la aviación rusa, realizó un importante avance militar y estratégico, al cortarles a los rebeldes de Alepo (norte) su principal vía de aprovisionamiento y romper el asedio de dos localidades chiitas sitiadas por los insurgentes desde hace tres años.
Se trata del avance más significativo de las tropas del régimen en la provincia del mismo nombre desde el 2012.
Estados Unidos denunció estos bombardeos cerca de la ciudad de Alepo que dijo “apuntan casi exclusivamente” a los grupos de oposición y a civiles.
El departamento de Estado estimó además que los bombardeos rusos van en contra del “proceso de paz” y estimó incluso que eran “en parte” responsables de su suspensión.
A esta condena se unió también Francia, que en declaraciones de su ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, condenó la “brutal ofensiva del régimen sirio, con apoyo de Rusia, para rodear y asfixiar a Alepo y a sus habitantes”.
Moscú interviene militarmente en Siria desde finales de septiembre. Sus bombardeos han permitido “cambiar la situación” en beneficio del régimen, dijo recientemente el jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov.
Este último reiteró este miércoles que Moscú no tiene intenciones de detener sus bombardeos, en los que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos han muerto cerca de mil 400 civiles.
Por otra parte, un “consejero militar” ruso murió el lunes en Siria por un obús disparado por los yihadistas de la organización Estado Islámico, según anunció el miércoles el ministerio ruso de Defensa, citado por la agencia Ria Novosti.