Para los padres de Owen, la enfermedad del niño era una condena al sufrimiento. Pero todo cambio cuando “Haatchi”, su perro, llegó a casa.
Haatchi fue atado y abandonado en una vía de tren en Londres por sus antiguos amos. Durante su “estancia” en la estación de tren perdió una pata luego que lo atropellaran. Sin embargo unos meses después, el equipo de rescate de animales consiguió un hogar para el perro: la casa de los Howkins.
La madrastra de Owen, Colleen Drummond reconoce que desde que el perro llegó a la familia, ambos establecieron una relación especial.
Como acompañante, Owen señala que el perro es tan especial en su vida por cambiarla.
Con información de Mirror.co.uk*