Brasil, el segundo país del mundo más afectado, reportó mil 79 muertes y 50 mil 230 contagios por el coronavirus en el último día, con lo que el número de víctimas subió hasta los 99 mil 572 y el de casos confirmados se aproxima a los tres millones.
El tributo, organizado por la ONG Río de Paz, vinculada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también fue escenario de protesta por la gestión del Gobierno del líder ultraderechista frente a la pandemia, uno de los más escépticos sobre la gravedad de la enfermedad, a la que ha llegado a calificar de “gripita”.
De manera pacífica, la manifestación se sintetizó en un cartel de cuatro metros de largo que fue plantado frente a las cruces.
Testimonio
“Está equivocado el que cree que esto (covid-19) es una “fake news”, que es una cosa política. Este aquí es Hugo, mi hijo de 25 años, él no era político, él era un ciudadano, era una persona que murió de covid-19 a los 25 años”, aseguró a EFE Marcio Antonio do Nascimento Silva, un taxista que perdió a su hijo en Río, al comienzo de la pandemia.
“A las personas que no tienen empatía, que creen que porque no les ha pasado a ellas pueden criticar, espero que (esto) no pase con ustedes. Procuren cuidarse, usar mascaras, alcohol gel. Yo soy víctima de covid, yo tuve covid y conseguí curarme, pero muchas personas no se curan como Hugo, que no se curó”, agregó.
En medio de la desescalada gradual que se adelanta en Río de Janeiro por la pandemia, cientos de curiosos acompañaron la jornada que se ubicó frente al emblemático hotel Copacabana Palace, una joya arquitectónica de la ciudad, fundado en 1923 e incluido en la lista del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil.
Mientras unos criticaron el homenaje por considerarlo “una payasada” y tildarlo un acto “de izquierda”, otros defendieron la simbología del tributo y pidieron respeto.
El homenaje terminó con la soltura de los globos que abandonaron la playa y se esparcieron por el cielo azul de la ciudad.