Este establecimiento, llamado “Red Light Secrets, museo de la prostitución”, quiere diferenciarse de otros museos del sector, como el “museo del sexo” y el “museo del erotismo”.
“Los otros museos de los alrededores se concentran en el sexo o el desempeño sexual. Este presenta una visión de los trabajadores del sexo, lo que significa estar detrás de una ventana, las miradas que reciben”, explica Yolanda van Doeveren, que trabaja sobre la prostitución en el Municipio de Amsterdam.
“Quizás ahora los turistas tendrán una posibilidad de cambiar su comportamiento y mostrarán más respeto“, explicó, destacando que la comuna no participó financieramente en el proyecto.
Aproximadamente 7 mil personas trabajan en la prostitución en Amsterdam, y 75% de ellas provienen de países de bajos ingresos, sobre todo de Europa del Este, según la municipalidad.
En las 409 “ventanas” que tiene la ciudad, las mujeres pagan un alquiler en torno a 150 euros diarios.
Trabajan 11 horas diarias, seis días por semana. La visita de un cliente dura un promedio de 10 minutos.
La prostitución fue legalizada en Holanda en 2000.