El responsable de la ONU ha dicho que, en algunas partes, se ha declarado un “mes de la violación” pero no ha especificado en cual de los dos bandos. “Es intolerable […] es esencial hacer avanzar la paz, esta situación no puede durar”, ha afirmado Simonovic en una declaración publicada este viernes.
Desde diciembre del 2013, Sudán del Sur está inmerso en una guerra civil marcada por las masacres interétnicas.
Aunque no existe un balance oficial de víctimas, los observadores hablan de decenas de miles de muertos y de una crisis humanitaria grave. Los combates empezaron en Juba, la capital, entre una facción del ejército leal al presidente, Salva Kiir, y los rebeldes leales a su antiguo vicepresidente y rival, Riek Machar. Más tarde, se extendieron por todo el país, implicando a unos veinte grupos armados.
Más de la mitad de los 12 millones de habitantes del país necesitan ayuda, según la ONU, que acoge en sus bases a cerca de cien mil civiles.