Los manifestantes intentaron avanzar hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de la capital, pero fueron bloqueados por militares con bombas lacrimógenas, chorros de agua a presión y perdigones.
El chavismo, en tanto, se movilizó en esa zona en respaldo a la iniciativa para reformar la Constitución.
Fueron las primeras manifestaciones después de que la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamara el domingo a “escalar” las protestas para impedir la Constituyente, a la que considera un “fraude” de Maduro para eludir elecciones y aferrarse al poder.
Desde que comenzaron el pasado 1 de abril, las protestas dejan 59 muertos y más de un millar de heridos, según la Fiscalía, así como cerca de tres mil detenidos, de acuerdo con la ONG Foro Penal.
Los dirigentes de la MUD no han detallado en qué consistirá dicha escalada, aunque anticiparon que las acciones en adelante prevén permanecer más tiempo en las calles.
Como ha sucedido cada vez que la oposición trata de marchar hacia el centro de Caracas, la principal autopista de la ciudad era escenario de enfrentamientos entre cuerpos de seguridad y manifestantes, que lanzaban piedras y cocteles molotov contra los uniformados.
También se registraban disturbios en otras áreas del este y el oeste de la capital.
El diputado Carlos Paparoni denunció haber sido herido por una bomba lacrimógena en la cabeza. Otros opositores aseguraron que los uniformados les dispararon objetos metálicos con sus escopetas de perdigones.
Mientras, una neurálgica avenida del centro, donde se ubican importantes oficinas públicas y a través de la cual se puede llegar al palacio presidencial de Miraflores, amaneció bloqueada con barreras metálicas de la Guardia Nacional.
El chavismo marchó hacia El Calvario, emblemático paseo de la zona, para respaldar la Constituyente, que Maduro define como un poder, incluso por “encima de la ley”, que resolverá la grave crisis venezolana.
“Liquidar la democracia”
La Constituyente “es prácticamente una elección interna del PSUV”, dijo a periodistas durante la marcha opositora el excandidato presidencial Henrique Capriles, refiriéndose al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela.
Según la oposición, el sistema planteado para elegir a los asambleístas permitiría al chavismo ganar la mayoría de los delegados, aún con menos votos. Los adversarios de Maduro rechazan además que la iniciativa no se someta a referendo.
La Constituyente busca “instaurar un régimen comunista y liquidar la democracia para siempre”, según Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder controlado por la oposición.
El lunes también se registraron protestas en otras ciudades como San Cristóbal (estado Táchira, fronterizo con Colombia), donde dos taxis y un autobús fueron quemados para bloquear vías.
El Gobierno y la oposición se culpan mutuamente de la violencia desencadenada en casi dos meses de manifestaciones en todo el país. Maduro acusa a sus adversarios de “actos de terrorismo” para dar un golpe de Estado, mientras que estos le responsabilizan por una “brutal represión”.