Saenz también se declaró culpable de los cargos de crimen organizado, tráfico de drogas, posesión de armas, incendio provocado y tres intentos de homicidio, además de conspiración que condujo en 2016 la muerte de Marcus Bohannon, de quien pensaba que pertenecía a una pandilla rival. El hombre de 28 años fue un miembro de alto cargo de la MS -13 y es juzgado en el tribunal federal de Central Islip.
Esta audiencia se produce seis meses después de que su hermano, Alexi Saenz, fuera condenado por ocho muertes, incluidas las dos adolescentes mencionadas, entre otras víctimas.
Jairo Saenz, de nacionalidad salvadoreña, se enfrentará a una pena de entre 40 y 60 años de cárcel cuando se presente su sentencia el 13 de junio. Los fiscales afirman que Saenz era el segundo al mando en una célula de la pandilla que operaba en Brentwood y Central Islip conocida como “Sailors Locos Salvatruchas Westside”.
Saenz aseguró ante el juez que sabía lo que estaba haciendo y sabía que se estaba equivocando, según informa el medio local ABC 7.
“Vine a Estados Unidos y trabajé durante dos años. Después salí a la calle y me uní a la pandilla MS-13″, añadió el pandillero también conocido como “Funny”, que admitió que actuó como conductor de la banda en muchos de los tiroteos. Los hermanos Saenz han admitido que ordenaron el ataque a rivales, así cómo a quienes presuntamente faltaron el respeto o tuvieron conflictos con la pandilla, con el objetivo de ascender en la jerarquía de la banda.
El liderazgo de la MS-13 tiene su base en Centroamérica, pero tiene miles de miembros en Estados Unidos. con numerosos subgrupos, y es la organización criminal más violenta en Long Island, según recoge la Fiscalía en su comunicado.
Los cadáveres de las dos adolescentes, de 16 y 15 años, que caminaban juntas hacia sus casas desde la escuela superior de Brentwood (un suburbio de Long Island), fueron encontrados golpeados hasta la muerte en septiembre de 2016.
Los fiscales comunicaron que las mataron después de una disputa en su escuela secundaria, pero ninguna de las dos pertenecía a la pandilla. Por su parte, sus padres sostuvieron que deseaban que se le hubiera impuesto una sentencia de cadena perpetua a los Saenz.
En 2017, la actividad criminal de la MS-13 llevó al entonces presidente Donald Trump a presentarse personalmente en el lugar para declarar la guerra al grupo y prometer desmantelar, erradicar y deportar a sus miembros.
Entonces, Trump puso atención en el caso, exigiendo la pena de muerte de los acusados. Ese año también se conocieron 17 asesinatos cometidos a lo largo de 18 meses que las autoridades atribuyeron a las “Maras”.