Durante unos minutos, el papa bendijo los ojos de Myers, le acarició la cara y le aseguró que rezará por su familia, mientras que la niña regaló a Jorge Bergoglio “un pequeño meteorito” , dijeron los padres en una rueda de prensa.
Lizzy Myers padece síndrome de Usher, un trastorno genético que causa sordera y ceguera congénita, y había expresado a sus padres “el deseo de conocer” a Bergoglio.
La intención de los padres de Myers de cumplir el deseo de su hija y viajar al Vaticano antes de que perdiera la vista y el oído fue recogida por medios de comunicación de todo el mundo.
Además, generó un movimiento solidario que culminó con la invitación a toda la familia por parte de la compañía aérea Turkish Airlines de viajar sin coste a Roma, según medios locales.
Myers acudió a la audiencia general de este miércoles en el Vaticano con sus padres y su hermana.
Acompañada por sus padres y su hermana pequeña, “Lizzy”, que estaba sentada en las primeras filas de la plaza de San Pedro, pudo hablar y abrazar al Sumo Pontífice, un pedido que hizo antes de que pierda definitivamente la vista.
Francisco bendijo los ojos de la niña, le acarició la cara y le regaló un rosario, en un encuentro muy emotivo.
Elizabeth Myers, llamada “Lizzy”, vive en Belleville, Ohio, y sufre el síndrome de Usher, un trastorno genético poco común que combina la pérdida auditiva parcial al nacer y la pérdida gradual de la visión en la infancia.
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Una compañía aérea turca ofreció cuatro pasajes para la familia, que decidió venir a Roma para conocer al pontífice argentino.
La niña quedó sorprendida por la personalidad del Papa, tan sincera y cariñosa con los niños.
Los padres de la niña decidieron aprovechar la visita a Italia para mostrarle importantes obras de arte así como monumentos históricos de manera que queden grabados en su memoria.