El mandatario mexicano fue recibido con honores por Hernández en el aeropuerto de la base de Palmerola, asiento de militares estadounidenses desde 1980, y se trasladaron al centro de la ciudad donde se reunieron en una casa cultural colonial.
Durante una declaración a la prensa conjunta con Hernández, en la que no se permitieron preguntas, el mandatario mexicano dijo que se tiene que “hacer un frente común ante este flagelo social del crimen organizado“.
Diálogo sobre seguridad
Con el presidente hondureño se habló de “restablecer el diálogo de alto nivel en materia de seguridad para compartir más información y poder realmente trabajar en forma conjunta en el combate de este flagelo“, indicó Peña Nieto.
Reconoció que “el crimen organizado ha logrado establecer toda una red a través de los países centroamericanos, México y eventualmente América del Norte, por eso es importante que ante este desafío, podamos actuar de forma conjunta“.
Una declaración escrita señaló que los mandatarios acordaron “relanzar el Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad (GANS) existente entre los dos países, con el objetivo de estrechar la cooperación en el combate a la delincuencia organizada trasnacional mediante estrategias comunes para hacer frente al fenómeno delictivo de manera integral“.
Hernández, en tanto, destacó que “México ha intensificado las acciones para detener a los grupos violentos y fracturar la columna vertebral de las bandas” del crimen organizado.
Indicó que los países del triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras) han recibido el impacto de la ofensiva que desató México contra los carteles de narcotraficantes porque emigraron hacia sus territorios, con secuelas de muerte y corrupción.
Honduras se convirtió en el país con la tasa de homicidios más alta del mundo, de 79 por cada cien mil habitantes, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional. Hernández atribuye al narcotráfico siete de cada diez homicidios.