Rowley subrayó, en una conferencia de prensa, que la Policía no ha encontrado “ninguna evidencia” que apunte a que el atacante hubiera sido “radicalizado” por terroristas.
La mujer de unos 60 años que falleció el jueves a manos de un hombre que atacó a cuchilladas a los transeúntes en el centro de Londres es una estadounidense, indicó este jueves el jefe adjunto de la policía de la capital británica.
“La mujer que fue asesinada era una ciudadana estadounidense”, dijo en una declaración a la prensa Mark Rowley e indicó que los heridos son de nacionalidad australiana, estadounidenses, israelí y británica.
El autor del ataque, que dejó heridos a otros cinco individuos procedentes de Australia, EE.UU., Israel y el Reino Unido, según reveló la Policía, era un “ciudadano noruego de origen somalí”, si bien el agente precisó que “esos factores sobre su procedencia no son relevantes para establecer el móvil de la agresión”.
“Aunque la investigación aún no ha concluido, todo el trabajo realizado hasta la fecha apunta cada vez más a que este incidente trágico se ha desencadenado por problemas de salud mental” , explicó el policía.
“Enfatizo que, hasta el momento, no hemos hallado ninguna evidencia de radicalización que sugiera que el hombre detenido se haya movido, de ninguna manera, por terrorismo”, agregó.
El subcomisario explicó también que los agentes interrogaron durante toda la noche al sospechoso, hablaron con sus familiares y con los testigos de lo sucedido, realizaron registros y llevaron a cabo “una revisión completa de datos de los servicios de inteligencia” junto con los de seguridad.
La Policía londinense fue alertada este miércoles a las 21.33 GMT y el sospechoso fue detenido poco después de que los agentes le redujeran con una pistola eléctrica.
El agresor fue interrogado hoy en el hospital al que fue trasladado, mientras en Londres se han incrementado las medidas de seguridad, con helicópteros que sobrevuelan la ciudad, y permanece acordonada la zona del suceso.
“Aunque la investigación aún no ha concluido, todo el trabajo realizado hasta ahora apunta cada vez más a que este incidente trágico ha sido desencadenado por problemas de salud mental”, explicó Rowley, ante los temores iniciales de que pudiera tratarse de otro atentado yihadista, del estilo de los registrados en diferentes ciudades europeas.
El más recientes fue el cometido por dos jóvenes de 19 años contra la iglesia de Saint Étienne du Rouvray, en Normandía (Francia) , donde mataron al párroco Jacques Hamel e hirieron de gravedad a un feligrés.
Ese ataque ocurrió catorce días después del perpetrado en Niza, que causó la muerte de 84 personas y heridas a más de 300, después de que el terrorista Mohamed Boulhel penetrara con su camión en el paseo marítimo de la ciudad durante la celebración de la Fiesta Nacional y arrollara a cientos de personas.
Aumenta vigilancia
Tras esa oleada de atentados en el continente, el comisario de la Met, Bernard Hogan-Howe, y el alcalde de Londres anunciaran el miércoles que más agentes de policía armados, hasta un total de dos mil 800, vigilarán ahora las calles de Londres.
El objetivo es dar garantías a los ciudadanos británicos y disuadir a posibles agresores en un momento de alta tensión generada por la amenaza terrorista.
El pasado junio, un informe divulgado por la Europol reveló que las últimas investigaciones académicas habían apuntado a que un 35 % de los autores de ataques en solitario ocurridos entre los años 2000 y 2015 sufrían algún tipo de desorden mental.
En esta línea, otro estudio divulgado por la agencia de seguridad de la Unión Europea indicó que a una “proporción significativa” de militantes extranjeros del Estado Islámico (EI) les había sido diagnosticado algún problema mental antes de que se unieran a ese grupo terrorista.
También, en este sentido, algunos altos mandos de las fuerzas antiterroristas británicas han planteado su inquietud sobre si el EI dirige de manera deliberada su propaganda a individuos con trastornos psiquiátricos a fin de alentarles a cometer atentados violentos.
El pasado junio, el comandante de Scotland Yard Dean Haydon ya advirtió de que gran parte del material difundido por esos grupos está destinado a personas vulnerables.