Internacional

“¿Por qué, Gary?, ¿por qué?”: La historia del hombre que disparó al violador de su hijo frente a las cámaras

El hecho quedo registrado en cámaras de noticieros. El padre sacó un arma de su bota y disparó contra el violador de su hijo.

Pistola

El hombre que mató al violador de su hijo fue juzgado por homicidio en segundo grado. (Foto Prensa Libre: Pixabay).

El 16 de marzo de 1984, un padre cuyo hijo había sido víctima de violación, acudió al aeropuerto de Baton Rouge, en Luisiana, donde arribaría el acusado bajo custodia policial.

Infiltrado entre los curiosos que llegaron al lugar, y sin importarle los focos de las cámaras de televisión de los noticieros, disparó a la cabeza del hombre que recién había sido arrestado.

El hombre que recién había tomado venganza era Gary Plauché. Disparó  a Jeff Doucet, acusado de violar a su hijo Jody Plauché y a otros niños de la comunidad.

Doucet nació el 1959 en Port Arthur, Texas. Tenía seis hermanos y había pasado una infancia complicada, marcada por la precariedad y la violencia sexual.

No se sabe mucho sobre su adolescencia, aunque se conoce que poco antes de 1983 se mudó a la ciudad de Baton Rouge, Luisiana, con el fin de abrir una academia de artes marciales.

A través de su escuela de artes marciales, el maestro ganó la confianza de los padres que, incluso, cuando les proponía llevar a los chicos al cine, a comer o simplemente a dar un paseo, estos dejaban ir a sus hijos.

Detrás de la apariencia 

La verdadera historia comienza cuando, a sus 25 años, conoció a un joven pupilo de 10 años llamado Jody Plauché, a quien le prestó una atención especial desde que ingresó a la academia. Doucet llevaba en su auto a Jody a todo tipo de actividades, e  incluso lo llevaba a casa después de entrenar.

Sin embargo, bajo aquella fachada de buen maestro se ocultaba una cruda verdad. Según los testimonios que ha dado Jody en varias entrevistas, el entrenador que consideraba como su “amigo” solía tocarlo de manera inapropiada durante y después de las sesiones de clase.

De hecho, en el libro que escribió su padre, ‘¿Por qué Gary, por qué?’, se describe cómo el instructor se acercaba a las zonas íntimas del niño al momento de estirar. “Jeff decía: ‘Necesitamos estirarnos’, así que estaría tocando alrededor de mis piernas. De esa manera, si me agarraba la zona privada, podría decir: ‘Fue un accidente; solo estábamos tratando de estirarnos’”, escribió.

El secuestro de Jody Plauché

Cuando la pareja Plauché se separó, Jeff se acercó a la madre de Jody, June Plauché, con el fin de, supuestamente, apoyarla durante su ruptura amorosa. Era cariñoso con ella y también con el pequeño, quien en realidad fue siempre el objetivo del instructor.

El 19 de febrero de 1984 Jeff le dijo a June que se llevaría al niño a dar un paseo corto. Ella, sin conocer las verdaderas intenciones del hombre, aceptó sin dudarlo.

Sin embargo, el paseo de 15 minutos se convirtió en un viaje de horas que culminaría en California, donde una vez instalados en un motel, Jeff tiñó de negro la rubia cabellera del niño para hacerlo pasar por su hijo. Parecía un plan perfecto, de un padre en paseo por carretera en Estados Unidos junto a su hijo.

Los padres de Jody, especialmente su padre, quien había recibido referencia de negativas de otros padres que también llevaban a sus pequeños a la academia, estaba pendiente de la situación.

Varias horas después de que Doucet se fuera con su hijo, June llamó a su hermano, un ayudante del sheriff, y optó por viajar en auto hasta Port Arthur, la ciudad natal del secuestrador, para encontrar a su hijo. Pero todo fue en vano.

Cuando le quedaban pocas esperanzas, June recibió la llamada de su hijo. Mientras él le contaba que “estaba bien”, el FBI rastreaba el origen de la llamada, y después de unos minutos lograron descubrir que el victimario se había llevado a Jody a la ciudad de Anaheim.

El juicio que jamás sucedió

Las autoridades capturaron a Doucet el 29 de febrero de 1984 y lograron recuperar al niño quien, sorpresivamente, le pidió a la Policía que no arrestara a su maestro pues “quería quedarse con él”.

A pesar de que las autoridades consideraron el caso en un primer momento como un secuestro, la familia y varios padres de la academia se llevaron una sorpresa cuando Mike Barnett, encargado de la investigación del caso, les explicó que al igual que Jody otros niños había sido abusados sexualmente por Jeff.

De acuerdo a una publicación del medio estadounidense  The Washington Post, en marzo de 1984, los exámenes habrían arrojado que el menor de edad fue violentado sexualmente en el motel donde se habían quedado.

El informe cayó como balde de agua fría para los padres, pero a Gary Plauché le afectó particularmente peor. Fue así como el 16 de marzo de 1984, se dirigió al Aeropuerto Metropolitano de Baton Rouge, en Luisiana, con el fin de encontrarse con el victimario.

Las autoridades ya le habían informado a la familia Plauché que Jeff llegaría escoltado por la Policía en el vuelo 595 de American Airlines para ser juzgado por secuestro y por violentar sexualmente a varios menores de edad.

Un fin de semana de sentencia

Mientras las cámaras de televisión grababan a Jeff Doucet a su arribo, Gary Plauché, quien estaba escondido en la cabina telefónica, sacó la pistola de su bota, se dio la vuelta y le disparó en la cabeza.

“¿Por qué Gary?, ¿Por qué?”, le gritó el agente Mike Barnett.

Plauche fue arrestado y llevado a la cárcel más cercana, pero salió unas tardes más tardes gracias a que un amigo pagó la fianza.

Posteriormente, Garry Plauche fue acusado por la Fiscalía por el delito de asesinato en segundo grado, pero, finalmente, el juez dictaminó que no representaba una amenaza para la comunidad y le otorgó cinco años de libertad condicional, siete años de sentencia suspendida y 300 horas de servicio comunitario.

ESCRITO POR: