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Por qué Rusia manda una fuerte señal a Occidente al anunciar ejercicios militares con armas nucleares

El anuncio del ejercicio fue la advertencia más explícita de Rusia en sus más de dos años de invasión en Ucrania de que podría utilizar armas nucleares tácticas allí.

Un pueblo devastado a las afueras de Donetsk, en el este de Ucrania. (Foto Prensa Libre: Tyler Hicks/The New York Times)

Un pueblo devastado a las afueras de Donetsk, en el este de Ucrania. (Foto Prensa Libre: Tyler Hicks/The New York Times)

Funcionarios rusos afirmaron que la orden respondía a los comentarios de Occidente sobre la posibilidad de una implicación más directa en Ucrania. La OTAN calificó el anuncio de Rusia de “irresponsable”.

Rusia dijo el lunes que realizaría ejercicios militares con tropas instaladas cerca de Ucrania para practicar el posible uso de armas nucleares en el campo de batalla, una desafiante advertencia diseñada para disuadir a Occidente de profundizar su apoyo a Ucrania.

Estas armas, a menudo denominadas “tácticas”, están diseñadas para su uso en el campo de batalla y tienen ojivas más pequeñas que las armas nucleares “estratégicas” destinadas a atacar ciudades. El Ministerio de Defensa ruso informó de que el presidente Vladimir Putin había ordenado un ejercicio para personal naval, de aviación y de misiles con el fin de “aumentar la preparación de las fuerzas nucleares no estratégicas para llevar a cabo misiones de combate”.

El anuncio del ejercicio fue la advertencia más explícita de Rusia en sus más de dos años de invasión en Ucrania de que podría utilizar armas nucleares tácticas allí. El Kremlin dijo que se produjo en respuesta a los comentarios de dos líderes europeos que plantearon la posibilidad de una intervención más directa de Occidente en la guerra.

Según el Ministerio de Defensa, en el ejercicio participarían fuerzas del Distrito Militar Sur, una zona que abarca la Ucrania ocupada por Rusia y parte de la región fronteriza de Rusia con Ucrania. Dijo que el ejercicio se realizaría “en un futuro próximo”.

La orden aumenta las tensiones con Occidente al comienzo de una semana de amplia publicidad para Putin. Su toma de posesión estaba prevista para el martes, seguida el jueves por la celebración anual del Día de la Victoria, que conmemora el triunfo soviético en la Segunda Guerra Mundial.

También coincidió con una visita a Europa del presidente de China, Xi Jinping, que ha prometido una alianza “sin límites” con Rusia. China ha prestado apoyo a la industria militar rusa, según funcionarios de EE. UU., a pesar de las insistentes presiones de Occidente para que se abstenga de ayudar a Rusia en su esfuerzo bélico.

A los funcionarios occidentales les preocupa desde hace tiempo que Rusia pueda desplegar armas nucleares tácticas, especialmente si sufre graves reveses en el campo de batalla. Pero Putin negó en marzo que se lo hubiera planteado, a pesar de que regularmente recuerda al mundo el vasto arsenal nuclear de Rusia como una forma de mantener a raya el apoyo militar de Occidente a Ucrania.

El lunes, sin embargo, funcionarios rusos afirmaron que las advertencias sobre la posibilidad de una implicación más directa de Occidente en la guerra habían cambiado la situación. El Ministerio de Defensa dijo que el ejercicio se llevaría a cabo “para garantizar incondicionalmente la integridad territorial y la soberanía del Estado ruso en respuesta a las declaraciones provocadoras y amenazas de funcionarios occidentales individuales contra la Federación Rusa”.

Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, dijo que las “amenazas” occidentales en cuestión incluían una reciente entrevista con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, publicada por The Economist, en la que el líder francés reiteró su negativa a descartar el envío de tropas terrestres a Ucrania.

Peskov también aludió a un comentario hecho la semana pasada por David Cameron, el máximo diplomático británico, en el que dijo que Ucrania era libre de usar armas británicas para atacar dentro de Rusia, una desviación de la política típica de los gobiernos occidentales de desalentar tales ataques para evitar ser arrastrados más profundamente en la guerra.

“Se trata de una nueva escalada de tensión sin precedentes”, declaró Peskov a la prensa el lunes. “Y, por supuesto, requiere una atención especial y medidas especiales”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso dijo más tarde en el día que había convocado al embajador británico para presentar la “enérgica protesta” de Rusia por la declaración de Cameron, afirmando que estaba “reconociendo de facto a su país como parte en el conflicto”.

“El embajador fue llamado a reflexionar sobre las inevitables consecuencias catastróficas de tales pasos hostiles de Londres”, declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores británico dijo más tarde que el embajador se reunió con funcionarios rusos “para un encuentro diplomático” y que no fue convocado oficialmente. El portavoz dijo que el embajador, Nigel Casey, “reiteró el apoyo del Reino Unido a Ucrania ante la agresión rusa no provocada”.

Rusia ha tomado la iniciativa en el campo de batalla tras una contraofensiva ucraniana fallida el año pasado. Pero los avances de Moscú siguen siendo lentos y sangrientos, y están en camino nuevas entregas de armamento occidental, incluidas las de un paquete de ayuda militar de 61.000 millones de dólares que Estados Unidos aprobó el mes pasado.

Más allá de disuadir a Occidente de una mayor implicación en el esfuerzo bélico de Ucrania, el Kremlin quiere explotar las divisiones dentro de la alianza militar de la OTAN sobre los riesgos de hacerlo. Esa división quedó patente en febrero, cuando Macron mencionó por primera vez la posibilidad de enviar tropas de Occidente a Ucrania. Peskov dijo entonces que esa medida provocaría un enfrentamiento directo con las fuerzas rusas.

Los últimos meses han marcado un giro de línea dura para Macron, quien hace más de dos años trató de evitar la invasión de Ucrania planteando la posibilidad de integrar a Rusia en una nueva arquitectura de seguridad europea.

El anuncio de Rusia de realizar ejercicios nucleares tácticos provocó una dura respuesta de la OTAN el lunes.

“La retórica nuclear de Rusia es peligrosa e irresponsable”, dijo Farah Dakhlallah, vocera de la OTAN. “La OTAN permanece vigilante”.

Y añadió: “Ucrania tiene derecho a la autodefensa, el cual está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas, y los aliados de la OTAN seguirán apoyando a Ucrania. Rusia ha comenzado esta guerra ilegal y debe ponerle fin”.

Pavel Podvig, estudioso de las fuerzas nucleares rusas radicado en Ginebra, declaró en una entrevista que Rusia ya había realizado ejercicios de este tipo con anterioridad, aunque rara vez los hacía públicos. Esta vez, sin embargo, el objetivo es enviar un mensaje fuerte, dijo.

“Se trata de una reacción a declaraciones concretas, una señal de que Rusia dispone de armas nucleares”, declaró Podvig en una entrevista telefónica.

A diferencia de las armas nucleares estratégicas, que siempre están listas para el combate, las no estratégicas se almacenan en depósitos alejados de los bombarderos, misiles o buques que deben transportarlas, explicó Podvig. Durante el ejercicio, es probable que las formaciones del ejército ruso practiquen cómo podrían desplegarse, dijo.

Sin embargo, no tendría mucho sentido utilizarlas en el contexto de la guerra en Ucrania, añadió Podvig, porque la ausencia de formaciones de tropas concentradas a gran escala limitaría su impacto en el campo de batalla.

Otros analistas también han puesto en duda la eficacia militar del uso de armas nucleares en el campo de batalla en Ucrania, dada la dispersión de las fuerzas ucranianas. El Instituto para el Estudio de la Guerra dijo en 2022 que hacerlo sería “una apuesta masiva para ganancias limitadas” para Rusia.

“Este sistema de armas existe para enviar una señal”, dijo Podvig, añadiendo que su principal objetivo es impresionar al oponente.

Putin no ha hecho ningún comentario público sobre los ejercicios. Está previsto que el martes tome posesión de su quinto mandato como presidente.

Los gobiernos occidentales ya han confiado en China —el socio internacional más importante de Rusia— para evitar el uso de armas nucleares por parte de Rusia, como hicieron cuando el canciller alemán Olaf Scholz visitó Pekín en 2022, en medio de un susto anterior.

En aquel momento, Xi hizo una declaración pública en la que advertía que las armas nucleares no tenían cabida en la guerra de Ucrania. El lunes, el tema volvió a surgir cuando Xi se reunió con líderes europeos en París en su primera visita al continente en cinco años.

“El presidente Xi ha desempeñado un papel importante en la mitigación de las irresponsables amenazas nucleares de Rusia”, declaró a la prensa Ursula von der Leyen, presidenta del poder ejecutivo de la Unión Europea, tras reunirse con Xi y Macron el lunes. “Confío en que el presidente Xi seguirá haciéndolo en el contexto de las continuas amenazas nucleares de Rusia”.

También instó a Pekín a “utilizar toda su influencia sobre Rusia para que ponga fin a su guerra de agresión contra Ucrania”.

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